Demócratas tras el voto latino

LAS VEGAS/AP – Resueltos a conservar su mayoría en el Senado, los candidatos demócratas tratan de repetir la estrategia que le dio buenos resultados al candidato Barack Obama en 2008: buscar el voto hispano en eventos culturales y reuniones en español en los estados donde los resultados son dudosos.

La demócrata Shelley Berkley un viernes reciente por la noche rogaba a una sala llena de estudiantes hispanos de secundaria que la elijan a la cámara alta federal mientras un mariachi integrado por adolescentes permanecía detrás de ella, aguardando su turno para interpretar sus melodías.

“Forman parte de la población que va a ser muy importante en estas elecciones”, explicó Berkley, nieta de inmigrantes rusos y griegos, tras el evento de campaña enfocado en las escuelas secundarias de mayoría hispana en Las Vegas.

A los republicanos les bastaría sumar tres bancas a las que tienen para obtener el control del Senado, y los demócratas esperan que las crecientes poblaciones hispanas del suroeste, la región centro-norte y la costa del Atlántico los mantengan en el poder. Y si al mismo tiempo los candidatos se benefician del contacto de Obama con los hispanos, qué mejor.

Para atraer a los latinos decepcionados con la economía en crisis y el estancado esfuerzo para reformar las leyes de inmigración, los demócratas en campaña están presentando a los republicanos como contrarios a los inmigrantes y a la clase media. Con frecuencia dan sus discursos en eventos cargados de toques culturales hispanos, como bufetes de fajitas, barras de tacos y abundantes comentarios sobre la experiencia de los inmigrantes.

En elecciones anteriores, los hispanos han surgido como un voto crucial en Nuevo México, Nevada, Arizona y Florida, pero en este ciclo el enfoque latino se ha extendido a Misurí, Ohio, Virginia y Carolina del Norte, donde el número de hispanos aumentó hasta en 90% en la última década.

Esos estados de resultado electoral dudoso no sólo decidirán si Obama sigue siendo presidente, sino que también son sede de las contiendas más encarnizadas para alcanzar escaños en el Senado.

Para contrarrestar el mensaje de la demócrata, los estrategas republicanos están exhortando a los candidados de su partido a moderar cualquier retórica que pudiera ser percibida como antiinmigrante. Argumentan que, si la candidatura de Obama benefició a algunos demócratas que competían en 2008, su imagen en 2012 podría afectar a los candidatos en lugar de ayudarlos.

“En las contiendas al Senado no gozarán del éxito de otros como dicen que podrán”, dijo Jennifer Sevilla-Korn, directora ejecutiva de la Red Hispana de Liderazgo, un grupo que intenta convencer a los latinos a que voten por los conservadores.

“En primer lugar, va a ser difícil hacer que los hispanos se entusiasmen en acudir a las urnas, y por eso ellos (los demócratas) están trabajando con tanto ahínco”, agregó.

Obama ganó el 67% del voto hispano en 2008, pero ahora muchos en ese sector critican a su gobierno por no crear más empleos ni buscar en serio la aprobación de una amplia reforma migratoria. El desempleo entre los latinos alcanza el 11% y las deportaciones han aumentado durante la presidencia de Obama.

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