Anticoncepción

En la actualidad, uso un método anticonceptivo. Mis amigas, algunas de ellas católicas, algunas de ellas madres y otras que no lo son, también usan métodos anticonceptivos. De hecho, la mayoría de mujeres que conozco están usando activamente algún tipo de método anticonceptivo.

Entonces que alguien me explique: ¿por qué los miembros del Tea Party están tratando de obligar a Obama a que no brinde métodos anticonceptivos a las mujeres?

Puede que recuerdes que, al final del verano, el Departamento de Salud y Servicios Humanos decidió que usar anticonceptivos es importante para que las mujeres estén sanas. De hecho, lo consideran tan importante que recomendaron que las mujeres con seguro médico no paguen por cuenta propia para acceder a ellos.

Para aquellas de nosotras que tenemos seguro médico, esto significó un gran salto adelante para nuestra salud: no tendríamos que pagar por el costoso paquete de píldoras de este mes. La decisión de ser madre ya no dependería de escoger entre pagar las compras del mercado o el método anticonceptivo. Para aquellas que no tienen seguro médico, esto es un primer paso para que también tengan acceso a métodos anticonceptivos.

Esta situación me afecta a mi y al 89 % de las mujeres latinas que en la actualidad usan, o que usarán en el futuro, un método anticonceptivo.

Pero sobre todo, esta reglamentación significó una victoria. Al menos hasta esta semana. Los miembros radicales del Tea Party han decidido intentar limitar esta reglamentación, agregando más y más maneras para que organizaciones pueden librarse de la provisión de métodos anticonceptivos. La ley ya incluye una exención para organizaciones religiosas, pero lo están tratando de extender más allá de esto: a hospitales, escuelas, universidades e incluso cualquier empleador u organización que tenga algún tipo de afiliación con un lugar de culto religioso.

Si los miembros del Tea Party se salen con la suya, esto afectará a millones de mujeres.

Millones de mujeres, como enfermeras, porteras, maestras y otras trabajadoras, no podrán seguir pagando por su método de anticoncepción.

Los doctores y enfermeras están de acuerdo en que esto no es correcto. A lo largo de todo el espectro, los proveedores de salud piensan que esta decisión dañaría a millones de mujeres. ¿Y qué piensan las mujeres? Bueno, nosotras tampoco estamos muy contentas con esta idea.

Ningún político extremo sabe mejor que yo o que mis amigas cuándo estamos listas para ser madres. Estos políticos extremos no están preocupados por mí, sino que se están metiendo en mi vida, y no están dejando que me ocupe de mí y de mi familia.

Por suerte, todavía tenemos tiempo. Esta semana se decidirá acerca de esta medida. Tenemos que decirle a Obama que necesitamos que se mantenga firme y confronte estas amenazas.

¡Tú voz importa! Seas inmigrante o no, llama al Presidente, o envíale un email. Déjale saber que te interesa tu salud, y que a él también debería interesarle.

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