Saadi Gadafi quería vivir en México

Le frustran plan de identidad falsa para establecerse en Nayarit

Ficha de información de Saadi Gadafi, hijo del exlíder libio Muamar Gadafi, elaborada por la Secretaría de Gobernación de México.

Ficha de información de Saadi Gadafi, hijo del exlíder libio Muamar Gadafi, elaborada por la Secretaría de Gobernación de México. Crédito: Notimex

MÉXICO, D.F.— Bahía de Banderas, un conjunto de playas ecoturísticas y semivírgenes del estado de Nayarit, fueron seleccionadas para ser el paradisíaco refugio de Saadi Gadafi, hijo del exgobernante libio Muammar Gadafi, acusado por las autoridades de transición de su país de estar al mando de las tropas que masacraron a unos 200 manifestantes.

“En Bahía de Banderas encontrarás tranquilidad, descanso, diversión y hospitalidad”, describen las agencias de viajes: “Mar y tierra, al alcance y expectativas de las más altas exigencias”.

Pero lo mejor de México se cerró el 6 de septiembre pasado para el tercer hijo de los Gadafi, un futbolista retirado de 38 años que encabezó unidades militares de Libia durante la rebelión contra su padre que comenzó a mediados de febrero pasado.

El secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, dio a conoce ayer los pormenores de una exitosa operación denominada Huesped que impidió en septiembre pasado su ingreso a territorio mexicano.

“El plan para introducir de manera ilegal al señor Gadafi y su familia a nuestro país consistía, primero, en dotarles de identidades falsas, con supuesta nacionalidad mexicana”, explicó en rueda de prensa.

De acuerdo con la versión oficial, las pesquisas permitieron tener conocimiento de que su llegada al país se realizaría con los nombres de Daniel Bejar Hanan, Amira Sayed Nader, Moah Bejar Sayed y Sofia Bejar Sayed.

También incluía este plan la adquisición de propiedades en diversos estados que serían utilizadas en algún momento como casas de seguridad.

Para lograrlo, una red al servicio de los Gadafi que incluía a ciudadanos mexicanos, daneses y canadienses, realizaba trabajos previos de logística incluso con transporte aéreo privado entre México, Estados Unidos, Canadá, Kosovo y diversos países del Medio Oriente.

Expertos en el tema de seguridad en América Latina han documentado las características por las que México puede resultar atractivo para personajes del mundo musulmán, prófugos e incluso terroristas.

“México es un país abierto, es grande, tiene problemas de criminalidad, tiene problemas tan grandes de control de territorio que una organización terrorista puede aprovecharse de esto”, advirtió el analista israelí Ely Karmon, quien ha denunciado vínculos de Hezbolá con redes de narcotraficantes en Paraguay, Brasil y Argentina.

Samantha López, del Instituto Nacional de Ciencias Penales en México (Inacipe), advirtió que existe un riesgo permanente de que el país sea visto desde el exterior como “una isla del encanto” para evadir la justicia ante las altas tasas de impunidad, que según estudios extraoficiales alcanza el 99% en algunas regiones.

“Esto es un punto modular y es el gran reto para el presidente Felipe Calderón y los gobiernos que siguen”, señaló.

Al respecto, el gobierno de México mantuvo una posición firme al hacer públicas las intenciones del hijo de Gadafi, a quien Níger le dio asilo político cinco días después del desmantelamiento de las operaciones del pasado 6 de septiembre descrito por Poiré.

“Los resultados de la Operación Huésped, sumados a otros logros de la Estrategia Nacional de Seguridad, son prueba de la capacidad creciente de nuestras instituciones, en particular de nuestras áreas de inteligencia civil”.

Así, la Procuraduría General de la República (PGR), al tener conocimiento de que un grupo de personas podría estar cometiendo los ilícitos de uso de documentos falsos, tráfico ilícito de personas y delincuencia organizada, detuvo el 10 de noviembre, en la Ciudad de México, a la canadiense Cynthia Ann Vanier, lideresa del grupo y, presuntamente, encargada de las finanzas.

Al día siguiente capturaron al resto de los supuestos responsables, que ahora se encuentran bajo la medida cautelar de arraigo. Ellos son: Gabriela Dávila Huerta y/o Gabriela Dávila de Cueto, ciudadana mexicana residente en EEUU, señalada como enlace logístico y contacto con falsificadores de documentos; Pierre Christian Flensborg, de nacionalidad danesa, encargado de la logística, y José Luis Kennedy Prieto, mexicano que buscaba la documentación falsa.

El gobierno estadounidense informó ayer por su parte que no apoyó los hechos y felicitó al gobierno mexicano.

“Por su buen trabajo”, detalló Mark Toner, el portavoz adjunto del Departamento de Estado.

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