Incidente racial opaca el gran año de Suárez
Luis Suárez fue probablemente uno de los dos o tres mejores futbolistas de 2011
Luis Suárez fue probablemente uno de los dos o tres mejores futbolistas de 2011, por sus éxitos con la selección uruguaya y el sensacional nivel que ha mostrado desde que llegó en enero al Liverpool inglés.
Lamentablemente, el delantero no ocupa este fin de año los titulares por sus gambetas zigzagueantes y su incansable movimiento en el frente de ataque: el tema es la suspensión de ocho fechas y multa de 40.000 libras (62.000 dólares) que la Asociación de Fútbol inglesa (FA) le aplicó por proferir un insulto racista al francés Patrice Evra.
El castigo, sin embargo, logró intensificar la polémica antes que acallarla.
Los compañeros de Suárez, que niega la acusación, salieron a su siguiente partido con camisetas con su figura, su nombre y su número siete. Su técnico Kenny Dalglish lo apoyó en sus declaraciones y en la red social Twitter. Liverpool dijo que apelará la sanción y que no reconocía a Suárez en la manera en que fue retratado por el panel disciplinario de la FA. (Todos recibieron críticas por respaldar al uruguayo).
Uno de los ángulos más interesantes de la controversia son las repercusiones diferentes que tuvo el fallo a ambos lados del Atlántico.
En Inglaterra, columnistas de prensa, futbolistas negros en actividad y retirados, activistas y otros alabaron la suspensión como una toma de posición necesaria frente al racismo. Al sentar este precedente, dijeron, la FA deja en claro que no tolerará la discriminación sin importar quién la cometa.
Desde Latinoamérica, algunos pensamos que, irónicamente, la dura sanción mostraba una cierta falta de sensibilidad hacia las culturas diferentes.
Que quede claro: el insulto a otro por el color de su piel es indefendible. Pero sí llamó la atención en esta parte del mundo que la FA no se manifestara sobre la presunta frase de Evra antes del insulto de Suárez: “No me toques, sudamericano”.
Todas las formas de discriminación son reprochables y, si esa frase existió, también debió haber llevado a una sanción.
El columnista Tim Vickery, basado en Brasil, mencionó tras el fallo en la británica BBC Radio 5 que una toma de posición tan fuerte puede ser interpretada también como un dardo de la FA a Joseph Blatter y la FIFA, con quienes el ente inglés ha tenido varios cruces desde que no le adjudicaron el Mundial 2018.
La lucha contra el racismo no es un fuerte de Blatter, que hace unas semanas dijo, con notable falta de tacto, que este tipo de insultos podían resolverse con un apretón de manos.
Al mismo tiempo, no está de más recordar que hablamos de un jugador que en 2010 recibió en Holanda una suspensión de siete fechas nada menos que por morder a un rival y que enfrenta otro proceso disciplinario en Inglaterra por hacer un gesto obsceno con el dedo medio a la hinchada del Fulham, después del incidente con Evra.