Pandillero se declara culpable de conspiración

Washington (EFE).- Ricardo “el Cuate” González, miembro de la pandilla Barrio Azteca, se declaró culpable en Texas de conspiración para extorsionar, anunció hoy el secretario asistente de Justicia, Lanny Brewer, en un comunicado.

Según el Departamento de Justicia, González, de 44 años, podría recibir una sentencia de prisión de por vida. No se ha fijado todavía la fecha para la audiencia de sentencia.

Los documentos judiciales indican que la pandilla Barrio Azteca comenzó sus operaciones a fines de los ochenta entre reclusos en prisiones “y se ha expandido hasta convertirse en una organización criminal trasnacional”, añadió el comunicado.

La banda opera principalmente en el oeste de Texas y en Juárez (México) con cómplices en prisiones estatales y federales en todo Estados Unidos y México.

“La pandilla tiene una estructura de mandos de estilo militar que incluye capitanes, tenientes, sargentos, soldados y asociados, con el propósito de mantener poder y enriquecer a sus miembros mediante el tráfico de drogas, el lavado de dinero, la extorsión e intimidación, la violencia, las amenazas y el homicidio”, explica el Departamento de Justicia.

De acuerdo con la información presentada ante los tribunales González fue un miembro de Barrio Azteca que distribuía cocaína, marihuana y heroína en el sector oeste de El paso.

“Además cobraba pagos por extorsión de los traficantes de drogas que operan en territorio de Barrio Azteca y sabía que esas ‘tarifas’ iban a dar a manos de cabecillas de la pandilla encarcelados”, indicó el informe.

El gobierno informó que 35 miembros y cómplices de la pandilla Barrio Azteca, incluido González y otros 16 que se han declarado culpables, fueron acusados formalmente en marzo de 2011 con varios cargos de extorsión, homicidio, tráfico de drogas, lavado de dinero y obstrucción del proceso de la justicia.

Entre los crímenes que se atribuyen a la pandilla se cuentan los homicidios en marzo de 2010 en Juárez de Leslie Ann Enríquez Cattón, una empleada del consulado de EEUU, su esposo Arthur Redelfs, y Jorge Alberto Salcido Ceniceros, esposo de otra empleada del consulado.

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