México: Elección o tiroteo

Se comunicó conmigo una editorial estadounidense porque quería que escribiera rápidamente un libro sobre los temas de importancia en México y los candidatos a la presidencia que hacen campaña para los comicios en julio. Los libros sobre México tienen mejor salida en los Estados Unidos justo antes de una elección presidencial, me dijo el editor.

El editor literalmente me dictó los temas a cubrir -armas, masacres, corrupción, tiroteos, carteles de narcotráfico, delitos, ineficiencia, pueblos norteños abandonados, caos, pena humana. Quería una nueva versión de lo que se ha tildado “greaser” (grasiento) desde la década de 1920 -con películas, noticias y notas en revistas.

Basta con decir que no acepté la oferta.

Si lo que quieres es una perspectiva sobre lo que está por venir, lo mejor es observar el comercio, la producción y la economía. El comercio internacional es un factor clave en México, y para los retos nacionales, incluyendo aquellos que en el pasado han impedido el progreso. De alguna manera, el título del reciente informe de Luis de la Calle y Luis Rubio nos da la narrativa: “Pobre no más, desarrollado aún no”.

Escriben francamente los autores, “ya no se puede considerar pobre a la mayoría de los mexicanos (un avance reciente). Por ende, el país está mejor, pero aún no está bien”. De la misma manera, a pesar de poseer un nivel muy alto de acceso a información y a conocimientos, algunos de nuestros líderes de opinión no logran describir a los EEUU sino con normas políticas de los 1930 o como parte de América del Norte.

Pero para entender a este vecino y cómo va desarrollándose no hay que mirar hacia el sur, sino hacia el extranjero.

Recientemente, el presidente Felipe Calderón les dijo a reporteros que como anfitrión de la reunión en junio del G20, piensa jugar un rol activo para obtener empleos, proyectos verdes, para alentar las inversiones y el comercio. El grupo se reunirá en Cabo San Lucas, en Baja California Sur. El Acuerdo de Asociación Transpacífica, dentro de los bloques de planificación, se anticipa recibirá mucha atención durante esta reunión.

La asociación incluye a Australia, Brunei, Chile, la India, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, el Perú, la China, Singapur, Corea del Sur, Taiwán y los Estados Unidos. Informalmente la llaman el TLC del Pacífico, en alusión al Tratado de Libre Comercio Norteamericano (NAFTA).

Este enfoque internacional hacia el desarrollo nacional ha surtido importantes efectos, ilustrados con el anuncio de Coca-Cola el 30 de enero en el Foro Económico en Davos, que invertirá mil millones de dólares en México este año como parte de un plan de 5,000 millones de dólares, el cual creará 10,000 nuevos empleos en cinco años. Empresas manufactureras de automóviles, como la Volkswagen, han estado anunciando planes similares recientemente.

Actualmente, la producción de carros japoneses en México excede las exportaciones de Japón. Acaso sorprende, entonces, que el Banco de Tokio haya anunciado este mes 287 millones de dólares en créditos capitales para las empresas mexicanas y japoneses en México. Existen retos y problemas, por supuesto. Como ejemplo, México indicó recientemente que rompía discusiones comerciales con el Brasil, para concentrarse en el panorama de la asociación transpacífica. Luego dijo que las retomaría cuando Brasil amenazó con suspender un acuerdo comercial del 2002 referente a la importación de autos, dado un déficit comercial creciente. La importación de vehículos mexicanos al Brasil aumentó más del 40%, para exceder los 2,000 millones en el 2011, comparado con el año anterior. Entre los modelos afectados están el March, Tiida y Sentra de Nissan, el Fusion, de Ford, el Fiat 500 y el Jetta, de Volkswagen. La exportación de Brasil para México sólo llegó a los $372 millones.

Estas actividades requieren un nuevo tipo de atención, en lo que nos afecta a nosotros y al mundo. Por ejemplo, ya los neoyorquinos tienen que saber que el contrato para fabricar los taxis de Manhattan, los que reemplazan la flota actual, lo ganó Nissan. Estos autos se fabrican al sur de la Ciudad de México, en Cuernavaca.

Mi intención no es provocar el miedo, la envidia o la avaricia, sino alentar que se preste atención al panorama económico verdadero. Dar una mirada hacia el flujo de la nueva demanda que acarrea una reciprocidad económica. Cuando están en juego importantes decisiones sobre la creación de empleos y el bienestar doméstico, no sirve hacer ficción del mundo de interdependencia.

Esta perspectiva no se vislumbra ahora en las primarias republicanas ni entre sus candidatos. Esta falta nos lleva a cuestionar si va formándose una oposición digna de llamarse oposición, o si se están volviendo todos como ese editor, quien no entiende la diferencia entre los temas de importancia y los tiroteos.

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