Motivos de peso… para correr

Rumbo al maratón de Los Ángeles, dos historias de esfuerzo y disciplina que dejan un mensaje de lucha y logros

Ledys López y Alex Yarza se ejercitan.

Ledys López y Alex Yarza se ejercitan. Crédito: Lucio Villa / Especial para La Opinión

Ledys volvió a mirar la báscula y… sí, era cierto? pesaba 289 libras.

Tenía 22 años y una vida que vivir, pero desde hacía mucho tiempo había perdido el control en su alimentación y ahora se ponía cara a cara frente a una encrucijada en la que la única manera de retomar la marcha y darle vuelo a sus sueños era tomar una decisión vital y luego -como quien cambia repentinamente el sentido de la ruta en su camino- dar un golpe de timón a su vida para intentar llegar a otro destino.

Una meta, un reto que cumplir, y la urgencia de ver resultados para rescatar la fortaleza interior perdida.

Ahora se prepara con empeño para atender el desafío del Maratón de Los Ángeles, pero atrás queda una historia llena de traumas personales que hoy hacen parte de su mejor experiencia.

Revertir las falencias y convertir la fragilidad en fortaleza es su mejor premio. Prueba superada.

“Yo era una adolescente con sobrepeso, con espinillas en mi rostro y frenos en mis dientes”, dice con una carcajada que denuncia su origen caribeño.

Ledys, ahora de 34 años, es hija de padre cubano y madre costarricense, y llegó a ser una víctima de la sociedad permisiva de estos tiempos que no cuida a sus niños.

“Tener casi 289 libras siendo así de joven es muy traumático. Es algo que sólo si lo vives lo puedes entender”.

¿Cómo ese desorden alimenticio llega a crear un desorden personal?

“Porque te sientes solo, aun con tu familia cerca, estás solo. Yo iba por ahí y comía de esa ‘fast food’. Sin control. Seguro que en la familia algo te dicen, pero casi siempre se toman medidas cuando ya es muy tarde”.

Justo cuando ya la batalla está casi perdida, cuando ya se requiere de una voluntad férrea y una decisión suprema para ganar una pelea desigual.

El escenario lucía para el peor diagnóstico, y la autoestima estaba por los suelos, sin embargo, Ledys tenía un plan.

Acaso el capítulo uno de la historia de Ladys sea la propia historia de Alex, hijo de mexicanos y con 190 libras antes de cumplir 15 años.

Alex Yarza estudia en la Hollywood High School, ubicada en un colorido paraje en el vecindario de la meca del cine, y otra vez, como si fuera una maldición, la negligencia de una sociedad permisiva que prepara el terreno fértil para el caos.

“Yo comía de todo. Toda esa basura que encuentras en los ‘fast food restaurants’, y depronto me di cuenta que eso ya no era normal y que no era lo que yo quería para mi vida”.

¿Cómo es que llegas a una situación tan crítica?

“Porque lo ves normal en la escuela, porque son muchos casos, entonces no te preocupas, pero luego, en mi casa, sí era distinto porque yo era el único gordo. Tengo dos hermanos y ellos no son así, ni mi padre ni mi madre. El problema era yo”.

Por eso, porque entendió a tiempo la necesidad de enfrentar su drama, Álex tomó una determinación drástica.

Ledys y una historia para no creérsela, porque ahora ríe con desparpajo mientras muestra las fotos de aquellos años. El antes y el después.

¡Cuando era gorda!

Agobiada por las peores circunstancias, decidió someterse a la cuestionada cirugía del “baypass” gástrico.

“Superé mis nervios y mi propio miedo y me hice la operación, perdí de una sola vez 95 libras”. Lo cuenta mientras ríe de una manera como si hubiera pasado por el estilista.

“Ésa era una situación que yo quería y que ya no iba a dejar pasar”, añade. Sabía que después del “baypass” gástrico lo más demandante es habituarse a un nuevo régimen de vida con dos ejes: nueva alimentación y ejercicio permanente y riguroso. Y así lo asumió.

“Es hacerlo por tu bien, por tu vida. Es bien simple, sólo debes convencerte de que puedes”.

Por eso empezó a correr.

Desde entonces ha cumplido, como una religión, con esta disciplina de correr seis días a la semana. Como quien hace algo decisivo por su vida.

“Mis ropas eran tallas 16 y 18 ahora uso talla 10”.

La risa del triunfo y un dejo de jactancia mientras corre, va, viene, salta, y cumple su entrenamiento con una dedicación y agilidad llamativas.

“Peso 185 libras y puedo bajar un poco más”, insiste.

Se lo tomó en serio. Participa en carreras del ámbito local, ya ha corrido el maratón de Pasadena y se apresta a tomar la partida para su segundo Maratón de Los Ángeles.

Se lo tomó tan en serio que se conectó con SOS Mentor (organización sin fines de lucro que cumple tareas de cuidar la alimentación y lucha contra la obesidad infantil).

Y allí entre los muchos apurados por el drama del sobrepeso, conoció a Alex Yarza, un adolescente que presumía el logro de haber bajado casi 40 libras en tres meses.

“Ya hace más de un año que lo hice, comiendo sano y con disciplina, y he podido mantener el peso de 155 libras”.

Ledys López y Alex Yarza, un cruce de caminos señalados por el drama común del sobrepeso, empecinados en cerrar los detalles finales de su preparación para estar, a nombre de SOS Mentor, en la línea de partida el próximo 18 de marzo entre los más de 30 mil atletas que correrán el Maratón angelino.

Partir de la meta y llegar –o no llegar– luego será sólo una anécdota, ellos de todos modos ganan.

En esta nota

Ángeles Deportes ejercicio maratón Salud
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain