Pa’ fuera los niños… ¿Justo o injusto?
En restaurantes se limita el acceso de adultos con menores de edad y a una familia la bajaron de un avión ante “rabieta” de menor
Este papel colocado en la puerta del restaurante Saigon Cafe, en Jersey City, Nueva Jersey, es bastante claro. Crédito: Suministrada
No se sorprenda si va a algún restaurante en Estados Unidos y, por estar acompañado de algún menor, le impiden la entrada. Como tampoco debe alarmarse si lo bajan de un avión porque alguno de sus hijos no se está comportando como es debido en la cabina.
Aunque parecen situaciones hipóteticas, ambas ya han sido reportadas y todo apunta a que se están popularizando.
La razón que esgrimen quienes han tomado las medidas es que se necesita limitar la presencia de menores para mantener la seguridad y evitar las quejas de otros clientes.
Por ejemplo, quienes se acercan al restaurante Saigon Cafe, en Jersey City, Nueva Jersey, pueden leer el siguiente letrero en la puerta: “Lo sentimos, pero debido a quejas de clientes, después de las 7 p.m. infantes y menores no pueden entrar a cenar”.
En el caso de las aerolíneas, hace algunos días la compañía Jet Blue sacó de uno de sus aviones a una familia de Rhode Island, que se disponía a regresar a Boston. Habían estado de vacaciones en el Caribe, pero cuando se montaron en el avión, su hija Natalie, de dos años, no se quería sentar donde le correspondía. Aún cuando los padres controlaron a la niña y lograron sentarla, la acción no convenció al piloto, por lo que éste tomó la decisión de bajarlos del avión a todos.
“Nosotros estábamos aguantándola hasta que le pusimos el cinturón de seguridad. Yo les dije: ‘Ya las tenemos a las dos sentadas (refiriéndose a Natalie y su hermana mayor), ¿nos podemos ir ahora?'”, narró Colette Vieau, madre de la menor, en una entrevista en NBC. Pero, según la versión de la mujer, lo único que le dijo una de las azafatas fue que el capitán entendía que no podían seguir en el avión, porque no se sentía seguro de despegar con la familia a bordo.
“Nosotros hicimos los que nos pidieron. No estábamos peleando, ni borrachos, ni molestos, mucho menos gritando. Sólo tuvimos un mal rato por la situación con nuestra hija”, añadió la madre.
“Sólo un poco de consideración, un poco de humanidad, eso era lo único que realmente estaba esperando. Aparentemente, eso no existe”, lamentó.
