Otro Castro… y otro Papa

Después de visitar México, Benedicto XVI estará en una Cuba distinta, dicen

Desde la sala de prensa de la Santa Sede, Federico Lombardi, portavoz del Vaticano hablaba del próximo viaje del Papa.

Desde la sala de prensa de la Santa Sede, Federico Lombardi, portavoz del Vaticano hablaba del próximo viaje del Papa. Crédito: Katia López-Hodoyán

CIUDAD DEL VATICANO.-Tan solo semanas después de que Benedicto XVI anunciara que visitaría Cuba, aproximadamente tres mil presos fueron liberados por el Gobierno comunista. Aunque oficialmente, nunca se ató un hecho al otro, algunos expertos automáticamente lo reconocieron como una muestra de flexibilidad y de posibilidades. Se reconoció como un punto de transición tanto para el pueblo cubano, como para la Iglesia Católica. Se sabe que Benedicto XVI hablará sobre los derechos humanos, pero el Vaticano no ha dicho exactamente cómo abordará el tema.

“Cuando escuchemos las palabras del Santo Padre, lo sabremos”, dijo Federico Lombardi, Vocero del Vaticano.

La pregunta que surge es si los discursos del Papa, verdaderamente desencadenarán cambios en la isla caribeña. Cuando Juan Pablo II viajó a Cuba en 1998, su visita fué reconocida como un símbolo de esperanza entre los cubanos católicos, ya que después de la revolución, se cerraron escuelas católicas, sacerdotes fueron expulsados y quienes continuaban practicando su fe, a menudo eran amenazados.

Aún así, bajo el mandato de Fidel Castro, los cambios que se vieron después de la visita, fueron mínimos. El Gobierno comunista volvió a reconocer la Navidad entre otras fiestas religiosas como un día festivo. Sin embargo, desde esa visita histórica, no se ha construído ni una sola nueva iglesia en Cuba.

“Raúl seguramente es más abierto que Fidel”, dice Alfonoso Giordano, Director del Centro Europeo de Asuntos Internacionales. “Los cubanos tienen muchas expectativas de que esta visita pueda dar mucho fruto”.

Cuba reconoce la libertad de religión en su constitución, pero de 1959 a 1992, era un país ateo. Eventualmente se le ofreció más libertad a la Iglesia local, pero límites aún existen, sobre todo en cuanto a establecer escuelas católicas.

Precisamente aprovechando esta plataforma internacional, un grupo de 13 disidentes se encerró dentro de la Basilica Menor de Nuestra Señora de la Caridad, en La Habana. Se mantuvieron dentro de la iglesia por dos días, pidiendo que el Papa les accediera una audiencia durante su visita. Eventualmente la petición cambió, y el grupo en vez, pidió que la Iglesia intercediera y mediara un diálogo entre los disidentes y el Gobierno comunista. Buscan hablar, sin intimidación, sobre los presos políticos, los derechos humanos y también normas para promover un Gobierno democrático. Aunque el grupo fué retirado de la iglesia, su táctica, a pesar de haber recibido atención, no fue bien recibida por el Gobierno ni por la Iglesia.

En un comunicado, publicado en el periódico comunista de Cuba, Granma, el Arzobispado de la Habana describió el “encierre” como un acto “ilegitimo e irresponsable”. También se añadió que “nadie tiene derecho a convertir los templos en trincheras politicas”. Aunque en el pasado, la Iglesia local ha defendido y hasta intermediado a favor de los disidentes, en este caso, el “encierre” tuvo el efecto contrario.

“El comunicado, fue muy preciso, detallado y apropriado”, aseguró Lombardi, el vocero del Vaticano. “Se dijo lo que se debía haber dicho”.

El simple hecho de que el periódico haya publicado el comunicado, marca un cambio, ya que seguido, no se les ofrece ni a los disidentes ni a la misma Iglesia espacio en los medios de comunicación. Recientemente se publicó un artículo donde se le da la bienvendia al Santo Padre, y antes de este, se publicó otro al respecto.

“Salió primero un artículo sobre el Vaticano, dice el embajador de Cuba ante la Santa Sede, Eduardo Delgado Bermúdez, durante una conferencia de prensa. “Fue una explicación para que los lectores conozcan más del Vaticano y de la Santa Sede”.

También se le permitió al cardenal Cubano Jaime Ortega que hablara sobre la próxima visita de Benedicto XVI en una emisora televisiva.

“Quizás el mundo internacional lo vea como algo mínimo”, dice Giordano, “Pero en realidad no se acostumbra esto en Cuba. Raúl parece ser más abierto a la Iglesia, y claramente el Papa hablará sobre la teología y la libertad”.

Pero entre la multitud que apoya la visita de Benedicto XVI, también hay quienes la critican. Varios exilados dicen que una visita papal, de cierta forma legitimiza al gobierno comunista y sus opresiones. Otros han criticado al Papa por no rechazar abiertamente el embargo de Estados Unidos en el pasado, lo cual si fue hecho por Juan Pablo II.

“Tendremos que escuchar lo que dice el Papa sobre el embargo”, asegura Lombardi. “Si dice algo explícitamente sobre este tema, lo sabremos todos cuando haya terminado su discurso… El Vaticano siempre ha dicho que no es una medida positiva o útil para el pueblo cubano”.

Entre sus 11 millones de habitantes, se estima que el 60% de la población cubana es católica.

La visita de Benedicto XVI, del 26 al 28 de marzo, será para celebrar el 400 aniversario de la Virgen de la Caridad del Cobre, la patrona de Cuba: una figura honrada por creyentes y no creyentes.

“Es un acontencimiento extraordinario para todo el pueblo, no sólo para el pueblo católico, si no para todo nuestro pueblo y por supuesto para las autoridades”, dice el embajador de Cuba ante la Santa Sede, Delgado Bermúdez. “También es una responsabilidad ante America Latina”.

Pero irónicamente, también este año se marcan 50 años desde que Fidel Castro fue excomulgado por la Iglesia. El Papa tendrá una reunión con el presidente Raúl Castro, y aunque no está programada una reunión entre Benedicto XVI y el exmandatario de 85 años, el Vaticano no descarta la posibilidad.

“Bajo Fidel y también bajo Raul, la gente cubana siempre ha querido cambios positivos”, dice Giordano. “Poco ha cambiado, pero con la visita del Papa, están concientes que tendrán la atención del mundo entero”.

Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain