De la basura a obras de arte

En una visión ecológica del mundo, el reciclaje es la tercera y última medida en el objetivo de disminuir residuos; el primero es la reducción del consumo, y el segundo la reutilización. Vamos por partes.

El consumo promedio de bienes y servicios de todo tipo de una persona en un país desarrollado como Canadá, es por lo menos seis veces mayor que el consumo de una persona de un país pobre como Bolivia. Por lo mismo, la cantidad de desechos que produce un norteamericano es seis veces mayor que la que genera un habitante de Sud o Centroamérica.

En Estados Unidos, el país número uno en generar basura, se producían -en 2007- arriba de las 236 millones de toneladas de desechos por año. En contraparte, en Estados Unidos la cantidad de desechos a ser reciclados creció de 29% a 55% entre 1992 y 2008, lo que generó entonces unas 72 millones de toneladas anuales de material re-usable por el hombre.

Los habitantes de la lista de países que más basura producen en el mundo, encabezada por Estados Unidos, Rusia, Japón, Alemania, Inglaterra, México, Francia y España, en ese orden, deben reducir en un 25% su consumo de productos que generan exceso de basura para el año 2020.

Eso significa ampliar la cultura de “sólo lo necesario” en aspectos del consumo humano que generan basura, y rechazar productos presentados con excesivas envolturas, empaques, bolsas de plástico y toda clase de recipientes desechables sobre-envueltos.

La meta es reducir al máximo posible el consumo de todo lo que genera demasiada basura alrededor de uno, especialmente en la temporada festiva entre el Día de Acción de Gracias y el Año Nuevo, periodo del año en el que en Estados Unidos se genera un millón de toneladas extra de basura cada semana. Necesitamos cambiar nuestra cultura de consumo.

Reciclar es sencillamente usar el mismo material una y otra vez para hacer el mismo producto, o uno similar o equivalente. Esto reduce la cantidad de materiales vírgenes necesarios para la fabricación de latas de aluminio y botellas de vidrio. A la reutilización llevada a su nivel de transformación en un nuevo producto, se le llama supra-reciclaje

Utilizar productos que iban en camino a la basura para transformarlos en otros objetos de mayor valor es el concepto de upcycling o supra-reciclaje, idea que busca reducir el consumo de materias primas y de nuevos productos.

Se trata de usar todo tipo de materiales para transformar una lata de conservas en una lámpara de luz, crear un posavasos de un viejo cd, bolsos y billeteras de cajas de tetra pack, y de un collage de materiales reciclables confeccionar novedosos diseños en prendas de vestir como faldas, pantalones, vestidos, bolsos y otras hábiles manualidades que llegan a ser pequeñas obras de arte del reciclaje.

Es el caso de TerraCycle, ésta es una empresa norteamericana que compra desechos de los más variados materiales para crear ingeniosos objetos. Una forma de reutilizar los desechos es a través de la llamada “Basura Patrocinada”. La idea es simple, la empresa de reciclaje se asocia con fabricantes de productos empacados para organizar programas que pagan a consumidores por ayudar a recolectar envolturas no-reciclables, las pasan por el proceso de reutilización y crean productos ecológicos.

El resultado son vestidos confeccionados con materiales reciclados; nuevas mochilas y bolsos de envases no reciclables; relojes, posavasos y portarretratos hechos de álbumes de vinil y tableros de circuitos que se llegan a encontrar en tiendas como Target, así como líneas de productos naturales para mascotas en Petco.

Prácticamente todo lo que el ser humano desecha tiene potencialmente una nueva utilidad. Reciclar es vida y hasta puede llegar a ser una obra de arte.

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