El Tricolor recibe lección del pasado

Estados Unidos derrota a su similar de México en el 'Clásico de Leyendas'

Jared Borgetti conduce el balón en el juego amistoso contra los estadounidenses, ayer en el Home Depot Center.

Jared Borgetti conduce el balón en el juego amistoso contra los estadounidenses, ayer en el Home Depot Center. Crédito: FOTOS: J. EMILIO FLORES / La Opinión

El Home Depot Center se convirtió ayer en una máquina del tiempo.

En un abrir y cerrar de ojos, los espectadores en el inmueble de Carson se trasladaron a la década de los 90.

En la cancha estaban los jugadores de México y Estados Unidos que crearon la gran rivalidad que existe entre estas dos selecciones.

Luis Alberto Alves “Zague”, Francisco Palencia, Alberto García Aspe, Jorge Campos, entre otros, saltaron como titulares del cuadro azteca que cayó 2-0 en el llamado “Clásico de Leyendas”.

Por la escuadra de las barras y las estrellas figuras como Paul Caliguiri, Roy Lassiter, Cobi Jones, Alexi Lalas y Clint Mathis estuvieron presentes.

Los mexicanos hicieron vibrar a los aficionados que no olvidan a sus héroes del pasado.

La pradera verde del inmueble de Carson se convirtió en un parque de recreación para que los Tricolores de antaño hicieran de las suyas ante 10 mil aficionados.

Los futbolistas aztecas se presentaron en mucho mejor condición física que los estadounidenses, quienes acusaron cansancio desde los primeros minutos.

Corriendo por la pradera izquierda, Ramoncito Morales realizó dos o tres jugadas que arrancaron los “¡óleees!” de los presentes.

En el centro de la defensa, el “Emperador”, Claudio Suárez se mantenía atento a los embates del conjunto enemigo que en realidad no puso en aprietos la portería custodiada por el “Brody” Jorge Campos.

Por parte de Estados Unidos, Alexis Lalas era el que daba instrucciones para tratar de detener el tridente ofensivo mexicano que formaron Luis Hernández, Jared Borgetti y “Zague”.

El entrenador del Tri, Carlos Reinoso, salió en un par de ocasiones a dar instrucciones a los jugadores y para dejar escapar los nervios que siempre lo han caracterizado.

Antes de que iniciara el partido, los jugadores mexicanos se acercaron a las gradas a tomarse fotos con el público, mientras de la bocina del sonido local se desprendía la voz de Vicente Fernández cantando: “Con dinero o sin dinero yo hago siempre lo que quiero pero sigo siendo el rey”.

El ambiente festivo continuó a lo largo de los 70 minutos, (dos tiempos de 35 minutos) que ambas escuadras disputaron.

En las gradas se formó la “ola”, aquella que en 1986 se hizo famosa en el Mundial de México y que ayer se volvió a ver gracias al túnel del tiempo que transportó a los aficionados a épocas inolvidables.

El formato informal del encuentro hizo posible que se realizaran múltiples cambios para que los jugadores descansaran y después volvieran a entrar al campo de juego.

En los primeros 20 minutos, Estados Unidos realizó cuatro sustituciones para darle aire a jugadores como Clint Mathis, que ya muestra un abdomen fenomenal.

México, por su parte, no realizó cambios en los primeros 35 minutos en los que dominó a placer a su rival.

Un cabezazo de Borgetti, que Paul Caliguiri salvó en la raya de gol, un tiro libre de García Aspe que fue desviado por el arquero Ian Feuer, un disparo de Luis Hernández que rozó el travesaño, fueron algunas de las oportunidades que el Tri dejó escapar.

Estados Unidos nunca llegó al área mexicana, y lo que más deseaban sus jugadores era su salida del campo para dirigirse directamente a la hielera para tomarse una bebida refrescante entera y después sentarse a descansar.

Al inicio del segundo tiempo el partido amistoso tomó un rumbo inesperado en las gradas al suscitarse una fuerte gresca entre aficionados de México y Estados Unidos.

Elementos de seguridad privados y oficiales de policía debieron intervenir para arrestar a los rijosos que pusieron el desorden.

Al menos una decena de personas fueron escoltadas por las autoridades rumbo a la salida del estadio tras el incidente.

En el campo de juego la violencia también apareció cuando en el 67′ el árbitro del encuentro, Chris Penso, se vio en la obligación de amonestar a John O’Brian por una entrada muy fuerte sobre Marco Antonio Ruiz.

Para entonces, México ya había pagado muy caro sus errores del primer tiempo, pues Estados Unidos convirtió los dos tantos con los que ganó el encuentro.

La primera anotación cayó al 50′, cuando O’Brian mandó un centro raso al área que fue rematado por Lassiter para batir la portería que ya custodiaba Martín el “Pulpo” Zúñiga.

El segundo fue un golazo de Brian McBride, quien desde la media luna metió un zapatazo que se incrustó en las redes de la portería mexicana cuando corría el minuto 61.

Al finalizar el partido, el viaje al pasado terminó y los aficionados mexicanos regresaron a la realidad: el Tri perdió contra Estados Unidos.

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