Elecciones: Historias de perros

Por lo visto, los votantes estadounidenses van a tener que hacer una muy difícil elección en Noviembre de 2012. Deberán elegir entre un candidato que colocó a su perro en una jaula y lo amarró al techo de su carro; y otro candidato que se comió el perro. Bueno no al suyo propiamente, podríamos decir a un perro anónimo.

En los años 80, Mitt Romney realizó un viaje de 12 horas con su familia desde Boston hasta Canadá y transportó a la mascota de la familia en la forma reseñada anteriormente, enjaulado y amarrado al techo de su vehículo.

Este hecho ha perseguido a Romney por años, y le ha permitido a sus contrincantes políticos cuestionar el buen juicio y el carácter del casi seguro candidato republicano.

Esta semana, los estrategas republicanos dieron a conocer una anécdota ocurrida en Indonesia cuando Barack Obama era un pequeño de 7 años, y que consta en su libro Sueños de mi padre que dice lo siguiente: “Con Lolo (Saetoros, el padrastro de Barack Obama) yo aprendí a comer pequeños chiles verdes crudos… Y comí por primera vez carne de perro”.

La historia fue hecha pública como parte de la estrategia electoral republicana, por Jim Treacher, un escritor conservador que dijo “Al menos Romney puso a su perro en el techo de su carro, no en el techo de su boca”.

Esta movida política -ahora que están de moda los 3 chiflados- me hace preguntarme seriamente si estarán Moe, Larry y Curley a cargo de la campaña del Partido Republicano para el año 2012. ¿Cual es la finalidad de intentar explotar politicamente un hecho ocurrido a Obama cuando apenas tenia 7 años, y se encontraba inmerso en una cultura diferente a la nuestra? ¿Creerán los republicanos que contando esto van a poder contrarrestar lo realizado por Romney? ¿O lo van a exacerbar realmente? ¿De verdad pretenden equiparar una acción abiertamente cruel, realizada por un hombre adulto, en contra de la mascota familiar, a la acción normal de un niño de 7 años que estaba únicamente siguiendo las directrices de sus padres?

En la historia de Seamus, el perro de los Romney, se cuenta que el pobre animalito se hizo sus necesidades sobre el parabrisas del carro. Me parece que esta vez los estrategas de Romney le han embarrado el parabrisas político al candidato republicano con este ataque al presidente Obama.

Por su parte, en el mismo libro, Obama cuenta lo siguiente: “El (Lolo) me explicó que un hombre toma los poderes de cualquier cosa que come. Un día, muy pronto, prometió que traería a casa una pieza de carne de tigre para comer”. Sospecho que Lolo nunca cumplió esta promesa porque si el Presidente hubiera probado la carne de tigre, quizás hubiera tenido en este primer período presidencial más coraje para cumplir sus promesas de campaña.

Señor lector, usted decida si vota por el candidato que amarró su perro al techo de su carro, o por el que probo su carne siendo un niño. Pero no lo olvide, regístrese y vote.

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