Adolescentes en depresión

Este malestar afecta su rendimiento, sus relaciones afectivas e incluso pone en riesgo la vida de los afectados.

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Crédito: thinkstock

Para los padres de Memo, de 18 años, el hecho de que busque la primera oportunidad de salir de su casa para estar con sus amigos, sus bajas calificaciones y su indiferencia cuando comparte tiempo con su familia, tiene solamente una respuesta para ellos: “le encanta estar de vago, se sale para no ayudar en casa. No hay que ser genio para saber que su bajo rendimiento escolar es el resultado de todo lo anterior”.

La realidad es muy diferente, cuando se escucha lo que el joven tiene que decir al respecto: “Me voy con mis amigos porque a ellos sí les interesa cuanto digo, me siento relajado porque nos reímos mucho, nos cuidamos unos a otros y nunca me humillan. En cambio en mi casa no me bajan de ‘bueno para nada’, me mandan a que haga de todo, hasta hacerme responsable de mi hermana menor y nadie me apoya. El otro día tuve un accidente en el auto, mi papá fue a recogerme y lo primero que hizo cuando llegó fue darme una cachetada y ofenderme enfrente de los policías, un mes después sigue recordándome que soy un tonto, si él piensa eso, entonces ¿por qué le sorprende que tenga malas calificaciones?”

El caso anterior podría parecer el resultado de una mala comunicación entre padres e hijo, sin embargo, toda la actitud de Guillermo responde a un estado de depresión ocasionado por la situación que se vive en su hogar, en la que lejos de brindarle apoyo y comprensión le asignan grandes responsabilidades como es el cuidado total de su hermana de 9 años, sin contar los insultos y en ocasiones hasta los golpes.

El número de jóvenes que experimentan algún grado de depresión va en aumento. La Coordinación de Epidemiología y Estadística de los Servicios de Atención Psiquiátrica de la Secretaría de Salud, estima que es entre el 15 y 20% de la población juvenil quien enfrenta este serio problema que afecta en su rendimiento, sus relaciones afectivas, y que además, en casos severos, pone en riesgo la vida de los afectados.

Carol Fitzpatrick y John Sarry, autores del libro Ayudando a vencer la depresión en gente joven, Editorial Oniro, explican que una manera de apoyarlos para superar este estado, es a través de la escucha activa: “Se trata de prestarles atención cuando se muestran predispuestos a hablar, aunque no es algo que resulte fácil en nuestro devenir cotidiano. También implica no interrumpirlo o aconsejarlo, sino hacer comentarios acerca de lo que está diciendo de una forma que demuestre interés y un esfuerzo de comprensión (‘Debe ser difícil’, ‘imagino cómo te sientes’, etc.). Escucha lo que tiene que decirte sin fingidas expresiones de ánimo o felicitación o de apremio para que exprese sus sentimientos”.

Cabe la posibilidad que al hacer este ejercicio, te enfrentes a cosas que no te gustaría escuchar de él, quizá las actitudes que tienes y que le lastiman; que haga referencia a lo que también él esperaría de ti y no has hecho, hasta que exprese su desesperanza y sufrimiento. Esta situación puede llevarte a que estés en desacuerdo, destacando todo lo positivo que has hecho por él o bien que lo bombardees en el mejor de los casos con frases y ejemplos positivos hasta que emitas el típico ‘échale ganas’.

“Esto puede darle a entender que no has conseguido comprender lo que en realidad está diciendo, y en consecuencia, estará menos dispuesto a volver a confiar en ti. La escucha activa le permitirá apreciar que, en efecto, estás haciendo lo posible para intentar comprender cómo se siente, y facilitará la comunicación”, recomiendan los autores.

Hay pequeños detalles que puedes tener con tu hijo, los cuales son muy sencillos de realizar cotidianamente, pero que ante sus ojos tendrán un valor incalculable, por ejemplo:

• Aprecia sus esfuerzos en la escuela.

• Agradece de forma casual la forma en que te ayuda en casa en lugar de dar por sentado que es su obligación.

• Felicítalo por algo positivo que haya realizado.

Si dejas de ver a tu hijo como un enemigo o alguien que te debe rendir pleitesía por el simple hecho de que depende en muchos sentidos de ti, podrás descubrir nuevamente la satisfacción y responsabilidad de formarlo dentro de un ambiente generoso en amor y sano que contribuya a que él sea el mejor reflejo de cómo ejerces la paternidad.

Para ver

Mi encuentro conmigo mismo

Dirige Jon Turteltaub

Estados Unidos, 2000

Colaboración de Fundación Teletón México

“Conocerte a ti mismo, esculpe tu carácter”.

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