La ola de dinero
Las elecciones en noviembre serán inundadas por una gigantesca ola de dinero. Vale la pena tomar pausa para apreciar las dimensiones de esa ola y entender que tan imperfecta es la democracia americana.
Las elecciones presidenciales son un concurso nacional. Obama y Romney están compitiendo por el único puesto elegido con responsabilidad para todo el país.
Pero es un concurso muy peculiar. Les explico como.
En noviembre los que podemos y queremos votaremos por nuestro candidato preferido. Nuestro voto será sumado a los demás en nuestro estado para ver cual de los candidatos atrae mas votos en ese estado. El que gana el estado gana todo los votos que tiene ese estado en lo que se llama el colegio electoral (Nueva York tiene veintinueve votos en el colegio y Nueva Jersey tiene catorce). Lo mismo se hará en los otros estados. El que gana mas votos el en colegio electoral es elegido presidente.
Fíjense en un detalle importante: el ganador en un estado se lleva todo los votos de ese estado si tan solo logra capturar mas de cincuenta por ciento de los votos en ese estado. El margen de su victoria no importa; una mayoría mas amplia no mejora sus posibilidades de ser presidente.
Por lo tanto, los candidatos se van a concentrar en esos estados donde hay una verdadera carrera. En estados donde, por ejemplo, Obama ya sabe que va a ganar o va a perder, tiene poco sentido gastar muchos recursos para influenciar el resultado.
Lo impresionante es que en más de la mitad de los estados el ganador ya casi esta asegurado. La batalla entre Romney y Obama será peleada en poco mas de diez de los cincuenta estados.
Lo chocante es que se espera que las dos campañas gastarán más de dos billones de dólares. Es un monto extraordinario, sobre todo si la gran parte de ese monto se gastará en solamente diez o quince estados.