¿Cuánto entiende Albany a NYC?

En la ciudad de Nueva York, donde casi la mitad de los habitantes son latinos o afroamericanos, y por ende más propensos a ser parados por la policía, el mérito de la propuesta del gobernador Cuomo de despenalizar la posesión de pequeñas cantidades de marihuana es obvio.

Luego que el Gobernador anunciara su esfuerzo, aplaudido por los principales grupos de defensa de derechos civiles, el proyecto murió en las últimas horas de la sesión legislativa que acabó ayer. El Senado, controlado por republicanos mayoritariamente blancos de fuera de la ciudad, sencillamente se negó a llevarla a conferencia.

La negativa de los republicanos es retrógrada e injusta; 99% de los 50,000 arrestos por cantidades menores de marihuana registrados en el estado el año pasado ocurrieron en la ciudad, constituyendo la principal causa de arrestos. La mayoría de los arrestados fueron latinos o afroamericanos, aunque está documentado que los blancos tienen un mayor consumo de marihuana. Cada vez que un joven es arrestado, el antecedente policial le dificulta conseguir un empleo y acceder a ayudas educativas.

El Gobernador debe rescatar este esfuerzo en la próxima sesión y trabajar con el Senado para corregir esta falla que afecta a demasiados de jóvenes neoyorquinos.

Por otra parte, la Legislatura rehusó discutir la propuesta del Dream Act estatal, que habría dado a universitarios indocumentados elegibles acceso a ayudas financieras estatales. Un plan relacionado, conocido como Dream Fund, que buscaba crear un fondo privado para asistir a jóvenes indocumentados a pagar por su educación superior, fue aprobado por la Asamblea, pero el Senado declinó debatirlo. El gobernador Cuomo ni siquiera se pronunció sobre estas propuestas legislativas.

La sesión –para nada tan gratificante como la del año pasado, cuando se logró la histórica aprobación del matrimonio gay- dejó algunos logros importantes, entre ellos mejoras en servicios para discapacitados y la luz verde para que los padres puedan acceder a la evaluación de maestros de escuelas públicas.

Lo que este período legislativo dejó claro es que a los legisladores de fuera de la ciudad no les importa mucho el trato injusto que reciben las comunidades marginalizadas. Deberíamos ver más acciones de parte de los legisladores a quienes este asunto sí les importa.

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