Nada de refrescos

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Crédito: archivo

Es igualmente importante pensar en qué bebidas vamos a adquirir, ya que es fundamental mantenernos bien hidratados para soportar el calor y las altas temperaturas. Sin lugar a dudas, la mejor alternativa siempre es el agua, que hidrata y purifica el organismo, aunque la nutricionista explica que si los pequeños son muy activos, se les puede ofrecer jugo ocasionalmente. Eso sí, las sodas quedan totalmente descartadas. “Las gaseosas no me gustan para nada, ni tampoco las dietéticas, pues aunque están libres de calorías, tienen endulzantes artificiales que son químicos y que creo personalmente que los niños no los deben ingerir siendo tan chiquitos”, concluye la especialista.

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