Enfrenta la deportación

Periodista dice que dejó El Salvador tras haber recibido serias amenazas

El reportero Mario Guevara, con su esposa e  sus hijos.

El reportero Mario Guevara, con su esposa e sus hijos. Crédito: Suministrada

Mario Guevara ayudó a las autoridades migratorias a exponer a una funcionaria consular corrupta, cubrió docenas de historias de deportados y viajó a la frontera en más de una ocasión. Pero este periodista -el más conocido reportero hispano de Atlanta, Georgia- ha tenido que acudir a sus colegas de los medios para evitar su deportación.

“Yo he cubierto inmigración por siete años, he reportado irregularidades en sus cárceles y procesos”, cuenta Guevara en una entrevista telefónica. “Atlanta es la región del país donde más niegan casos de asilo político y, aún así, sabiendo que mi caso es legítimo, no quise irme ni mentir. Ni siquiera así me trataron con justicia”.

Guevara, de 34 años, está hablando con todo el que le quiera escuchar sobre las irregularidades d el proceso de asilo político que, según él, llevaron a la denegación de su caso el pasado 21 de junio después de siete años de haber presentado su solicitud y de numerosas fechas de corte pospuestas por las autoridades.

“Cuando por fin logré mi día en corte, resulta que ahora el juez dice que ya no hay peligro ‘porque en los últimos 24 meses en El Salvador no han atacado a periodistas, porque no hay guerra, y porque es un país democrático'”, dijo Guevara. “Si hubieran visto mi caso antes, hubiera probado sin dudarlo que tengo razones de temer el regreso a mi país”.

Guevara cuenta con fotos y recortes de periódicos sobre un ataque sufrido cuando fotografiaba una manifestación de grupos de izquierda en 2004; afirma haber sido golpeado y hostigado para que dejara el periodismo. Poco después mandó a su familia a Estados Unidos y luego vino él, eventualmente presentando una solicitud formal de asilo político.

“Las amenazas en El Salvador no tienen fecha de vencimiento”, dijo Guevara. “Yo tengo enemigos por allá, además tengo dos hijos estadounidenses y uno entrando a la adolescencia y, lo que menos quiero, es que vayan allí a sumirse a un mundo de pandillas”.

Desde que su periódico Mundo Hispánico publicó su historia, las autoridades de inmigración han dicho que podrían suspender su caso y otorgarle “deportación diferida”. Sin embargo, eso no le otorgaría al reportero un permiso de trabajo que le permitiera seguir trabajando en su profesión.

Guevara apuntó otro hecho en relación a “los errores” del sistema de asilo: en su última solicitud para renovar el permiso anual de trabajo, a su esposa se la negaron, por lo que perdió su licencia de conducir y hace poco fue arrestada por andar sin documentación.

“Casi la deportan. La arrestaron frente a mis hijos, la iban a mandar a una cárcel de inmigración. Yo pasé horas convenciéndolos de que revisaran el sistema y vieran que ya tenemos una orden de deportación y que hasta que esa fecha se cumpla podemos estar en el país”, dijo.

Agustín Cruz, un periodista independiente de Atlanta y conocido de Guevara, dijo que el salvadoreño es una figura conocida y respetada del periodismo latino en la zona.

“El ayudó a ICE a detener a una trabajadora del Consulado hondureño que extorsionaba a sus connacionales para apurar documentos, y también hace trabajo caritativo en la comunidad”, dijo Cruz. “Es el periodista hispano más conocido de Atlanta”.

En esta nota

deportado Inmigración reportero
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain