Frenar agenda para suprimir el voto

Una corte federal sopesa esta semana la legitimidad de una ley aprobada en Texas en 2011 que requiere a los votantes de ese estado mostrar un carnet gubernamental de identificación para poder sufragar.

El debate debe preocupar a los votantes y organizaciones latinas de toda la nación. Leyes de este tipo atentan contra un siglo de esfuerzo para ampliar la participación electoral en los Estados Unidos.

Leyes que restringen el voto han aparecido en la mitad del país, bajo la excusa de que el requisito ayuda a reducir el fraude, pero no hay evidencia de que la estafa sea un problema que amerite una respuesta tan peligrosa. En los últimos 10 años, Texas ha procesado sólo 50 casos de fraude electoral.

Actualmente, ocho estados han cambiado sus regulaciones electorales para exigir ID; otros 20, entre ellos Nueva York, han considerado propuestas legislativas similares, y otra docena ha aprobado restricciones que van desde hacer más difícil la inscripción electoral y el voto temprano y ausente, hasta impedir que ex-presos recuperen el derecho al sufragio tras completar sus sentencias. A esto se le suman esfuerzos en otras jurisdicciones, como Florida, Wisconsin y Ohio, para purgar listas de votantes y obligar a muchos a inscribirse de nuevo.

Requerir una identificación oficial –en lugar de cualquier ID o número de seguro social-para ejercer el derecho al voto es un obstáculo innecesario y discriminatorio que impedirá a muchos electores hispanos –más propensos a carecer de estos documentos-salir a votar.

El Departamento Federal de Justicia –crítico de la ley en Texas y otras similares- estimó que unos 600,000 votantes en Texas carecen de una identificación o licencia de conducir emitidas por el Departamento de Vehículos. Los litigantes de la ley –el grupo afroamericano NAACP y el Caucus México-Americano- arguyen que 25% de afroamericanos y 16% de latinos en edad de votar no tienen un ID gubernamental.

El impacto de estos cambios es muy serio. Las nuevas leyes electorales afectarán la decisión de votar de millones de electores en la presidencial de noviembre, y esto, en consecuencia, podría moldear el resultado electoral en estados considerados clave para ganar la presidencia.

En este momento, menos de 66% de los electores estadounidenses acuden a las urnas en elecciones presidenciales –la jornada democrática de mayor participación de este país. Lo menos que necesitamos es crear más obstáculos para votar.

La decisión de la Corte sobre la ley en Texas es crucial en tanto sentará un precedente importante para otros estados que han promulgado o aspiran promulgar leyes similares.

Los defensores moverán cielo y tierra para promover más restricciones al voto por razones políticas. Grupos civiles hispanos de Nueva York y de todo el país deben unirse para parar esta campaña de supresión electoral y evitar que nos roben el derecho a elegir.

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