El cólera se propaga en el oriente cubano

Comentaba recientemente con un empleado que cuida a pacientes en estado crítico sobre el anuncio de los casos de cólera reportados en Cuba en los últimos días.

“Debieras ver las condiciones en la que están los hospitales en la isla”, me dijo. “Yo fui a ver a un pariente recién operado y tenía un catéter puesto. Pero en vez de una bolsa plástica a donde iba la orina, en el hospital tenían puesto un fondo de botella de refresco cortada a la mitad. Y eso que al hospital donde fui era de los nuevos”.

Yo desayunaba mientras seguía la conversación. Diversos periódicos y agencias de noticia daban la noticia de Cuba. El gobierno había dicho el domingo que el número de personas hospitalizadas por la enfermedad había subido a 85 (y después a más de 125) y que el número de muertos eran tres – todas en la provincia Granma en la parte oriental de la isla.

El número de personas infectadas con la enfermedad con diarreas y vómitos rondaba los cuatro mil. El gobierno cubano, sin embargo, dijo que tenían la situación bajo control y que no necesitaban ayuda del exterior.

La BBC de Londres dijo que la temible enfermedad había afectado también a un paciente en La Habana. Y los periodistas independientes dijeron que el número de muertos eran 15 y no cinco como decía el gobierno.

Lo inusitado en este caso es que este es el primer brote de cólera serio en Cuba en más de 50 años. Ocurre en un país que se jacta de tener uno de los mejores servicios médicos para su población en el mundo. El cólera ocurre en países tremendamente pobres, donde la salubridad pública es pobre y las aguas negras contaminan el agua potable.

Por eso es que más de 7,000 personas han muerto de cólera en Haití después que un terrible terremoto destrozara gran parte del país y su pobre infraestructura. Pero en Cuba no debían de suceder estas cosas. Al menos eso es lo que por años viene diciendo el gobierno de los hermanos Castro.

Lo cierto es que Cuba tuvo un buen sistema de salud pública mientras contó con las dádivas de la Unión Soviética. Pero desde principios de la década de 1990, los servicios de salud pública en Cuba están muy deteriorados.

Algunos especialistas en enfermedades infecciosas dicen que el cólera en Cuba puede ser una variante del que ha afectado a Haití, Allí Cuba ha tenido una misión médica ayudando y es posible que la bacteria haya ingresado al país de esa forma. El gobierno dice que se ha propagado en el oriente del país por pozos de agua contaminada.

En la misma ciudad de La Habana, camiones cisternas llevaban agua potable a muchos barrios, ya que la plomería de la capital está tan deteriorada que el gobierno no puede garantizar que el agua no esté contaminada.

Por años el gobierno cubano ha insistido que todavía el pueblo recibe la mejor atención médica del continente. En Cuba hay tantos médicos que pueden enviar a cientos de médicos a Venezuela para que Hugo Chávez le pague por sus servicios con petróleo barato. Los médicos cubanos viven con lo mínimo en Venezuela. El resto de sus sueldos va en forma de petróleo a la isla.

Aquellos que viajan a la isla con frecuencia dicen que un Cuba hay una gran diferencia entre los hospitales para extranjeros que pagan en dólares y los “ciudadanos de a pie” que tienen atención médica gratuita.

Estos últimos no tienen que pagar, pero el servicio que reciben da grima.

Mientras el gobierno manda médicos al exterior para recibir divisas a cambio o para mostrar una imagen positiva de la revolución, en los hospitales de la isla falta de todo. A veces faltan las medicinas básicas y si uno quiere sábanas limpias tiene que llevar las de su casa, porque las de los hospitales están empercudidas.

Uno de los factores que todavía funciona en Cuba es la facilidad con la que el país puede aislar a todos los pacientes en un hospital, prohibir a sus parientes ir a verlos.

Da pena lo que ocurre en Cuba. Ya de por sí la vida es muy difícil para los ciudadanos del país. Ahora enfermarse es un peligro.

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