Apuestas callejeras atrapan a ingenuos en NY

Es ilegal, tiene gran fama de estafa, pero seduce a los soñadores de dinero fácil.

Apostadores rodean al hombre en su improvisada mesita de juegos de azar en East Fordham Road, El Bronx.

Apostadores rodean al hombre en su improvisada mesita de juegos de azar en East Fordham Road, El Bronx. Crédito: Zaira Cortes / EDLP

El Bronx – Un hombre pregona en español “dónde quedó la bolita”, mientras varios curiosos rodean la improvisada mesa de juegos de azar, dubitativos sobre tomar el riesgo y participar en este método aparentemente fácil de hacer dinero.

Es una escena típica en East Fordham Road, entre las Avenidas Decatur y Marion de El Bronx.

En fines de semana, expertos en apuestas callejeras montan un complejo mecanismo de seducción en el que muchos caen.

Los organizadores mueven ágilmente cubos de plásticos para ocultar la “bolita” ante los ojos atentos de sus víctimas. Dos o tres apostadores, presumiblemente cómplices de la estafa, simulan ganar rápidamente exhibiendo billetes de $10 y $20 a los peatones, mientras gritan de felicidad.

Otro juego popular consiste en adivinar el color de una carta de naipes. El jugador debe atinar en dónde quedó la carta roja entre dos negras.

Transeúntes ansiosos de probar fortuna se acercan para apostar una pequeña cantidad de dinero.

“La primera y única vez que participé en el juego de la bolita, ofrecí $5 y en pocos minutos gané $15, eso me animó a apostar $50 porque creí que duplicaría mi paga del día”, comentó el mexicano Augusto Rey, residente de El Barrio, en Manhattan.

“En menos de media hora perdí $100 y tenía que pagar la renta. Mi casero me dio tiempo sólo porque le pareció divertido que yo fuera tan tonto”, recordó el trabajador de la construcción.

Hugo García, compañero de Rey, comentó con humor que probar suerte le costó más que perder unos dólares.

“Mi esposa que está en México me regañó y me dijo que no podía darme el lujo de regalar pesos que no tenemos. Si hubiera estado aquí, seguro me manda a dormir con el perro”.

Rey, de 41 años, indicó que los organizadores de juegos de azar buscan atraer a latinos que regresan de sus empleos en Connecticut o el Condado de Westchester.

“Se paran en ‘weekend’ cerca de la estación del Metro North, porque saben que hay muchos trabajadores que venimos con nuestra paga de la semana”.

Residentes del área comentan que los juegos de azar en la calle son tan propios del vecindario, como el ruido excesivo.

“Fordham sin apostadores y escándalo no sería Fordham”, dijo Jesús de la Peña, de 35 años y vecino de la Avenida Tiebout. “Yo vivo aquí por más de diez años. Cuando llegué esa gente ya estaba en las calles haciendo juegos”.

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