Mano dura a barras bravas

Santiago de Chile/EFE – El gobierno chileno promulgó ayer una nueva ley contra la violencia en los estadios, que responsabiliza a los dueños de los clubes de los actos de vandalismo en los recintos deportivos.

El acto de promulgación fue presidido en la Moneda por el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, que en ausencia del presidente Sebastián Piñera, que cumple una visita oficial a Australia, ejerce como vicepresidente de la República.

Según Hinzpeter, la nueva normativa “no es un antídoto para la violencia, lo que importa es tener una nueva cultura y un cambio de hábitos en la gente. Con esto podemos prevenir una tragedia o un episodio que puede pasar a mayores”.

La nueva ley modifica otra vigente desde 1994, que al no haberse dictado nunca un reglamento para su aplicación se tornó progresivamente inútil frente a la acción de las llamadas barras bravas de los clubes, que terminaron por ahuyentar a las familias de los estadios.

La normativa promulgada ayer establece la obligación de los clubes organizadores de un partido de asegurar el orden y también su responsabilidad ante la violencia, mediante la contratación de empresas de seguridad.

La ley faculta a los intendentes (gobernadores regionales) a clausurar los estadios que no cumplan con las normas de seguridad exigidas para cada espectáculo.

Los clubes deberán informar a la Intendencia, 48 horas antes del espectáculo, de una serie de antecedentes.

Entre estos figuran la cantidad de entradas puestas a la venta y los horarios, además de la cantidad de guardias de seguridad contratados.

Asimismo, deberán disponer sistemas de control de acceso, cámaras de vigilancia y tener un jefe de seguridad cuyo personal deberá vigilar un perímetro alrededor del estadio.

Las nuevas normas disponen también la presencia de un fiscal en los partidos de fútbol.

Las autoridades esperan que en un plazo de 18 meses la normativa esté operativa en todos los estadios de Chile, lo que significa sistemas de control de acceso, ya sea con torniquetes o molinetes; sistemas de control de identidad, tanto por la cédula de identidad como por huella digital; sistemas de control de entradas, para evitar la falsificación y sistemas de vigilancia a través de cámaras de televisión.

El control de identidad se aplicará no sólo a los miembros de las barras sino a todas las personas que asistan al estadio, para asegurarse de que no ingrese alguien que tenga prohibición de hacerlo, según las autoridades. La prohibición de asistir a los partidos comenzaría con un período de seis meses, y la reincidencia hará que este aumente de forma progresiva.

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