Marina, la pieza clave contra Zetas

Decenas de policías de la Fiscalía del estado de Chihuahua y organizaciones civiles recorren los campos desérticos de Ciudad Juárez en busca de cadáveres.

Decenas de policías de la Fiscalía del estado de Chihuahua y organizaciones civiles recorren los campos desérticos de Ciudad Juárez en busca de cadáveres. Crédito: Alejandro Bringas / EFE

MÉXICO, D.F.- Romeo Domínguez, de 16 años, sacó una motosierra y se la mostró a cuatro marinos que pedían “un chance” para defenderse y salvar su vida en la localidad de Coatzacoalcos, Veracruz (sureste). El chico rió y siguió su misión que gravó en video: torturas, cortes, venganza porque desde seis meses atrás acorralaban a los Zetas.

En octubre de 2011, la Secretaría de la Marina (Semar) tomó la seguridad del estado de Veracruz, después de que un grupo de criminales arrojaron en la calle 35 cuerpos cerca de una reunión nacional de procuradores de justicia como una muestra del escenario de horror que estaban dispuestos a mantener en la región del este del país. Los marinos comenzaron por capturar halcones (espías) y sicarios menores como Romeo, el joven verdugo, cuya culpabilidad en la cruel muerte de los marinos se verificó por fotos y un video que tomó con su teléfono celular.

Después, cayeron jefes de plaza, operadores financieros parientes de los capos y hasta su líder máximo.

La muerte del capo de los Zetas, Heriberto Lazcano, aunque “fortuito” forma parte de una apuesta del gobierno del presidente Felipe Calderón para acabar con la sanguinaria organización y otros cárteles rivales con la mano derecha de la Secretaría de Marina, coinciden analistas.

“Si bien en el caso de Lazcano fue una casualidad, ésta se dio porque hay un trabajo de vigilancia”, dijo Jorge Chabat, investigador de temas de seguridad del Centro de Docencia Económica. “Calderón le está dando cada vez más tareas a la Marina y parece que le tiene cada vez más confianza”.

Un cable confidencial difundido por la agencia Wikeleaks en 2010, mostraba también simpatías del gobierno estadounidense por la Semar. El entonces embajador en México, Carlos Pascual, aplaudió su trabajo en el operativo en el que murió un año atrás Arturo Beltrán Leyva, líder del cártel homónimo.

“Sus éxitos (de la Marina) ponen a los militares en una posición difícil para explicar por qué ha sido renuente a actuar sobre inteligencia fidedigna y llevar a cabo operativos sobre objetivos de alto nivel”.

Otro cable de Wikileaks reveló posteriormente que desde 2008 la Semar y el Pentágono tienen firmado un pacto de confidencialidad.

A mediados del sexenio de Calderón, los marinos disminuyeron sus tradicionales tareas de vigilancia costera, rescate de ballenas varadas y pescadores a la deriva; salvavidas en las playas, deportistas de regatas y libertadores de tortugas para asumir tareas contra el crimen organizado como operativos, erradicación de plantíos de marihuana, desmantelamiento de laboratorios de drogas sintéticas y de sistemas de radiocomunicación.

En días pasados la Semar destacó la captura de Salvador Alfonso Martínez Escobedo García (a) Ardilla” quien encabezaba el conflicto que mantienen los zetas contra el Cártel del Golfo, presunto autor de la masacre de 72 inmigrantes en 2010 como colaborador directo de Miguel Ángel Treviño Morales “Z-40”.

Cayó como consecuencia de una larga lista de aprehensiones. Entre otras, las de Esteban Cárdenas Vaselis “León”, quien presuntamente ocuparía el lugar de Mauricio Guizar Cárdenas “El Amarillo”, detenido el 26 de julio pasado.

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