Dale un uso diferente a los objetos de casa

Un florero puede servir como jarra, o un servilletero como un brazalete si le damos un uso diferente a los accesorios de la casa.

Un florero también puede ser una jarra. Usa tu imaginación para dar otro uso a los objetos de casa.

Un florero también puede ser una jarra. Usa tu imaginación para dar otro uso a los objetos de casa. Crédito: Agencia Reforma

¿Quién dice que una jarra no puede servir como florero o un aro que sujeta las servilletas como brazalete? A través de la exploración de formas y materiales, es posible reinventar la funcionalidad de los objetos.

La versatilidad de usos y la reutilización de elementos son algunas ventajas que tienen este tipo de piezas, las cuales se elaboraron a través de máquinas de corte láser y programas de tecnología digital.

Bajo una conciencia ecológica que promueve el reciclaje, diferentes creativos diseñan propuestas que pueden aprovecharse de distintas maneras.

El juego de la pirinola fue el principal motivo de inspiración que el arquitecto y diseñador Elías Kababie tomó en cuenta para plasmar una original jarra que también es florero.

Elaborado en resina en colores ámbar, gris y negro, este objeto pesa 250 gramos aproximadamente y tiene una capacidad de litro y medio de agua.

“Para diseñarlo, hice muchos prototipos con ayuda de moldes de fibra de vidrio y tecnología digital, ya que fue necesario analizar cómo giraba la pirinola y observar sus movimientos. Después, trasladé estos conceptos a una jarraflorero que, a pesar de estar inclinada no se cae.

“Realicé varias pruebas y ensayos para determinar las dimensiones exactas y la mejor silueta para verter líquidos. Hice distintos prototipos, algunos más largos y otros más cortos, hasta llegar a una propuesta que puede utilizarse con facilidad”, explicó Kababie.

De acuerdo con el creativo, la ventaja de tener un utensilio de doble uso es que, si se raya o cuartea con el tiempo, es posible sacarle provecho de otra manera y así evita el consumo excesivo.

“Hoy en día, es importante ser flexible y encontrar distintas soluciones a un mismo objeto”.

En ocasiones, la moda y la decoración pueden conjugarse en una misma pieza. Es el caso de un servilletero y brazalete llamado “Virutería”, trazado por el despacho Masiosare Studio, encabezado por los diseñadores Eduardo Meza, Alfonso Díaz y Aldo Gutiérrez.

“Quisimos plasmar un contenedor que no sólo acentuara el cuerpo humano, sino que, además, adornara un espacio.

“Fue entonces que diseñamos esta propuesta hecha con chapas de madera doblada”, explicó Aldo Gutiérrez.

Para moldear el objeto, los creativos emplearon una máquina de corte láser y, para darle rigidez y resistencia, investigaron con diferentes grosores.

Asimismo, experimentaron con distintos matices y texturas. “El servilletero-brazalete tiene un recubrimiento de cera que le da un barniz especial”, dijo Alfonso Díaz.

“Muchos elementos del hogar tienen un uso planeado y premeditado. No obstante, también pueden adquirir una utilidad distinta para un segundo aire”.

Un mismo objeto puede funcionar para servir distintos alimentos. Así lo pensó el diseñador Víctor Alemán cuando elaboró un frutero que, al voltearlo, se aprovecha como una base portacaliente de platos.

“En la cultura mexicana consumimos frijoles, pero, además, debemos incluir diferentes frutas en nuestra alimentación. Por eso esbocé esta pieza que funciona por igual como sujetador de ollas y, además, como contenedor de comida sana y nutritiva.

“Para elaborarlo, utilicé acero inoxidable cortado con máquina láser. Su geometría se integra de triángulos rotados en un mismo eje y doblados en sentido contrario”,

dijo Alemán.

El utensilio, disponible en acabados brillante o mate, exhibe diferentes segmentos inclinados que permiten acomodar las frutas por categorías y así ordenarlas por tamaño y color. Asimismo, tiene distintas perforaciones que disipan el calor acumulado en los paltillos.

Para darle sentido al acelerado ritmo de vida que se vive actualmente, los diseñadores Melissa Falcón, Raymundo Botello y Sarai Noguez crearon una taza con un sello en la parte inferior donde se recolectan las gotas derramadas de café. La intención es que con este líquido, los usuarios puedan estampar un mensaje positivo en una servilleta.

“Tenemos una vida muy ajetreada en la que nos despertamos y arreglamos para ir al trabajo sin poder detenernos a decirle adiós a nuestra familia. A través de este objeto, buscamos que se compartan notas como ‘Sonríe’, ‘Buenos días’ o ‘Te quiero’”, explicó Raymundo Botello.

“Está elaborado en cerámica y madera de nogal, mientras que el sello se

hizo en goma con corte láser”.

Además de esta propuesta, los también representantes del despacho amoATO también plasmaron un portacuchillos con una base en la cual descansan distintas macetas con plantas aromáticas como menta y romero. De esta manera, el agua que cae después de lavar los cuchillos riega las especies naturales.

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