Casa de empeño: Quick Cash

Louis Buoninfante, fundador y propietario de la cadena Quick Cash. Crédito: Cortesia
Según Louis Buoninfante, fundador y propietario de la cadena de casas de empeño Quick Cash, la favorita de los hispanos de Nueva York, la clave del éxito de su negocio es el respeto con que se trata al cliente.
“Muchas personas cuando llegan a una casa de empeño se sienten en una situación difícil, incómoda. Entonces la principal consigna de mis empleados es tratarlos con mucha profesionalidad y respeto, ya sea que vengan a solicitar un préstamo de miles de dólares o de cincuenta”.
Respeto y mucha versatilidad, pues en los locales de Quick Cash se conceden préstamos desde veinte dólares hasta un millón y se aceptan como colaterales desde un anillo o un reloj hasta un Rolls Royce coleccionable.
“O una obra de arte”, añade Buoninfante. “Hoy en día hay muchas familias de gente adinerada, con propiedades, pero faltas de liquidez. Y por ejemplo tienen pinturas, y como yo tengo conocimientos de arte puedo valorarlas y tomarlas como colaterales”.
A Buoninfante le resulta muy fácil ponerse en el lugar de una persona que se ve obligada a empeñar alguna prenda. Y es que sus padres, inmigrantes de Nápoles, eran tan pobres que para su nacimiento su madre empeñó el anillo de bodas.
Su primera prendería la abrió hace 25 años en Westchester Square, en una época en que existían sólo una veintena en Nueva York, y la mayoría de sus clientes era de origen italiano. Las cosas han cambiado mucho. Ahora las casas de empeño en la ciudad suman más de 200 y Quick Cash cuenta con 30 sucursales.
Por otro lado, ahora la gran mayoría de sus usuarios son hispanos, alrededor del 85%, y un buen porcentaje de los empleados de Quick Cash son bilingües, por lo cual pueden hablarles en su propio idioma a los clientes, de por sí otra muestra de respeto.