No pueden creerlo

Vecinos de la niñera dominicana Jocelyn Ortega están asombrados y no encuentran explicación a lo ocurrido

Varios ramos de flores fueron colocados a los pies del edificio donde fueron asesinados dos niños presuntamente por su niñera Jocelyn Ortega.

Varios ramos de flores fueron colocados a los pies del edificio donde fueron asesinados dos niños presuntamente por su niñera Jocelyn Ortega. Crédito: AP

Nueva York – Quienes conocen a la niñera Jocelyn Ortega desde hace más de tres décadas no salen del asombro.

La noticia del crimen contra con dos niños que ella cuidaba en un apartamento del 52 de la calle 75 oeste, del Upper West Side, es difícil de creer para quienes, en general, la conocen como una persona amable.

“Ella y su hermana crecieron en este edificio desde que llegaron de República Dominicana; son personas trabajadoras y buena gente”, dijo Divina Johnson, quien la conoce desde hace 25 años que lleva viviendo en el 610 de Riverside Drive, en Hamilton Heights.

La nodriza vive en el número 26 con su hermana Deisi, su sobrino y su hijo, de 16 años, que –según Ana Castro, quien la conocía de niña en República Dominicana- ella se trajo hace tres o cuatro meses de Santo Domingo.

Ortega se encuentra en estado de coma en el hospital Cornell Presbyterian, donde fue trasladada por las heridas que supuestamente se hizo al tratar de quitarse la vida en la tarde del jueves, tras presuntamente herir de muerte a los niños Lucía y Leo Krim, de 6 y 2 años.

La dominicana no hizo sido acusada de cargos criminales aún, pero policías permanecían dentro de su residencia desde ayer. Al final de la tarde, la hermana y otra persona fueron trasladados al hospital por detectives del NYPD.

La comunidad del 610 de Riverside Drive sufre por lo ocurrido. Pero, especialmente, María Lajara, vecina del número 43, quien era muy cercana a la niñera. “Ella estaba muy orgullosa de su trabajo y siempre me mostraba fotos de los niños”. Según dijo, Ortega vendía joyas y maquillaje a domicilio, lo que muchos decían que era por problemas económicos.

De acuerdo con The New York Times, ella se mudó de vuelta al edificio, luego de no poder pagar el alquiler de un apartamento en El Bronx.

Rubén Rivas, un vecino, comentó que la niñera había perdido mucho peso recientemente. Se veía demacrada y enferma, “como una persona que tuviera problemas”.

“Yo soy como un hermano mayor para esa muchacha”, dijo otro vecino residente del apartamento número 45 quien no quiso identificarse por su cercana relación con la niñera. Además de ella y Deisi, sus hermanos Celia, Lele, Daniel y Victoria viven en Santo Domingo. El padre de Ortega vive en Pueblo Nuevo, Santiago; la madre murió hace varios años.

“Ella es la cabeza de esa familia”, agregó. “Pero desde que perdió el apartamento en El Bronx que una familia le había regalado y luego, a los tres meses, se lo quitaron, empezó a estar nerviosa” y cambió tanto que luce envejecida.

“Creo que Dios la ayudará y que se que alguien se le metió allí e hizo el crimen, porque ella y su familia son gente sana, nunca hemos tenido problemas con esa gente y ellos no se meten con nadie”, agregó el hombre quien la conoce desde hace 30 años y visita a su familia en República Dominicana cada vez que va a la isla. “Estoy seguro que algo malo le pasó en su cerebro, si es que ella lo hizo”.

Como muchos en el inmueble, Ortega iba siempre a la iglesia Nuestra Señora de Lourdes de la calle 142 oeste. Allí, la nativa de Santiago trabajó como voluntaria dando clases de catecismo, de acuerdo con Anabel Rodríguez, quien vive en el apartamento 25, próximo al de Ortega. “No eramos cercanos, pero ella siempre ha sido una persona sencilla que siempre saluda; hay que dar tiempo para saber la verdad”, agregó su esposo Héctor Rodríguez, quien con su familia no sale del asombro.

Para Jenny Benitez, quien vive en el mismo piso de Ortega, la gente del edificio está horrorizada. “Es muy triste que haya sucedido algo así”. Como Ortega, Edward Corniell creció en el edificio y ha coincidido con ella en los pasillos desde que era un niño. “Todo esto ha sido una terrible sorpresa, no se puede creer que ella haya hecho algo así”.

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