Orgullosa de ser militar

Yvonne Salavarrieta-Zirrith cree que la vida castrense es más dura para la mujer

Yvonne Salavarrieta-Zirrith se inició en la carrera militar muy joven.

Yvonne Salavarrieta-Zirrith se inició en la carrera militar muy joven. Crédito: Cortesia

PLAINFIELD -Yvonne Salavarrieta-Zirrith, veterana de la guerra de Irak, aseguró que el orgullo por la bandera es más fuerte que el dolor de dejar a la familia atrás cuando se va a cumplir con el deber militar.

Con 40 años de edad y casi 23 en la Fuerza Naval, Salavarrieta-Zirrith admitió que la carrera militar para una mujer es más difícil. “Es un doble reto, porque tenemos que trabajar duro, uno tiene que vivir y trabajar como todos los hombres para mantener el respeto”.

Salavarrieta-Zirrith indicó que otra parte dura, cuando se está fuera del hogar, es que las mujeres “no podemos hablar de nuestros hijos, porque tenemos que concentrarnos en lo que estamos haciendo”.

Su vocación para servir en las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, la tuvo desde siempre. “Mis padres me dieron el ejemplo de ayudar a otros y descubrí que en el servicio militar podía cumplir con esa premisa”.

Se inscribió en las Fuerzas Navales a comienzos de 1990, cuando tenía sólo 17 años y cursaba el último año de la escuela superior. Contrajo matrimonio ocho años mas tarde.

“Durante el embarazo de mis dos hijos, que actualmente tienen 13 y 10 años, trabajé hasta el sexto mes de gestación”, añadió la militar, de padres colombianos, que además es oficial de la oficina del Comisario del condado Middlesex.

Para ella el ser miembro de la Fuerza Naval “es un orgullo y está en mi sangre”.

Cada vez que tiene que partir a una misión, Salavarrieta-Zirrith recalcó que se reúne con su esposo y sus dos hijos. “Ellos entienden que mi profesión es mi pasión y tienen el mismo respeto que yo por la bandera”.

En 2004, Salavarrieta-Zirrith fue a Irak, por un año, cuando su pequeño hijo tenía sólo dos de edad. Momento que describió como muy duro. “En ese tiempo los únicos medios de comunicación eran el teléfono o el correo. Fue un sacrificio muy fuerte para todos como familia”.

“Es difícil cuando uno se va por tanto tiempo, porque es como apagar la luz” sostuvo. “Cuando uno se pone el uniforme hay que poner atención, concentrarse en lo que se está haciendo como militar”.

Salavarrieta-Zirrith no se imagina su vida saliéndose de la carrera militar, por lo que está segura que seguirá.

Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain