Adiós al ‘Condor’ Calero

Miles de hinchas del Pachuca despiden al guardameta colombiano que adoptó México

MÉXICO.— Más de cinco mil hinchas del Pachuca le dieron un adiós póstumo al ‘Cóndor’ colombiano Miguel Calero, en una misa de cuerpo presente celebrada en el estadio Hidalgo, donde el guardameta jugó durante 11 años por el equipo mexicano.

Calero falleció el martes 4 de diciembre en Ciudad de México tras diagnosticársele muerte cerebral a raíz de una trombosis sufrida nueve días atrás.

El féretro azul estaba prácticamente a mitad del estadio, decorado con el escudo del Pachuca, el club de sus amores, al que Calero le entregó diez títulos y el que lo trajo a México en el 2000 y con el que se retiró en el octubre del 2011.

Unas cien personas se arremolinaron cerca de la entrada a la que llegan los equipos en los partidos oficiales para esperar la carroza que trasladó el cuerpo de Calero.

La familia del Pachuca, como llama el presidente del grupo, Jesús Martínez, a los fanáticos, ofreció aplausos a la llegada del féretro.

El paso de todos los invitados a la ceremonia por una de las porterías fue inevitable. Fue el lugar en que Calero se hizo grande en México y por donde el féretro, cargado por sus ex compañeros del Pachuca, también pasó.

Como en los días de campeonato cuando conquistó los títulos, el cuerpo de Calero dio una vuelta olímpica en medio de aplausos y gritos de la barra del Pachuca, que no olvidará a su héroe de mil batallas.

Ni en las tribunas ni en la cancha hubo resignación. Hubo dolor, llanto, lamentos. Los hijos del guardameta se acercaron al féretro, al tiempo que integrantes del equipo colocaron frente a la caja los diez títulos que conquistó el colombiano con el equipo.

Minutos más tarde, la misa comenzó, no si antes recordar mediante un video, el día que Calero se retiró.

“Si volviera a nacer, me llamaría Miguel Calero, sería portero y defendería los colores del Pachuca”, dijo Calero en la pantalla y los aplausos resonaron en la tribuna.

El miércoles pasado no fue un día común en Pachuca. Fue un día inusual para abrir el estadio Hidalgo, la casa del Pachuca y de Miguel Calero. La hinchada acompañó en su último vuelo al ‘Cóndor’, que ya voló directo a la inmortalidad.

Sus cenizas serán repartidas entre Colombia y México.

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