El apio, sus propiedades diuréticas y depurativas
Esta ligera verdura es muy apreciada no sólo por los beneficios que reporta a la salud, sino también…

Crédito: Flickr-Galería de fotos de Herbolario Allium
Esta ligera verdura es muy apreciada no sólo por los beneficios que reporta a la salud, sino también por el uso que se le da en la cocina y su aplicación en tratamientos naturales.
Los aceites que le confieren su característico olor son a la vez los responsables de su alto poder diurético y antibacteriano. Estos componentes dilatan y desinfectan las vías urinarias, lo que acelera la eliminación de agua y de tóxicos a través de la orina. Por eso, se encuentra especialmente indicado en caso de afecciones articulares, reumatismos, cálculos, retención de líquidos o resaca.
Debido a que su mayor componente es el agua, rehidrata el organismo y aporta muy pocas calorías- 18 por cada 100 gramos-, por lo que resulta ideal en dietas de adelgazamiento. Esto unido a su gran contenido en fibra, le proporciona propiedades laxantes.
Su consumo regular, también, fortalece el sistema nervioso. Con lo que contribuye a aliviar el estrés y estimular las funciones mentales y, en concreto, la memoria. Asimismo, frena los resfriados, atenuando los síntomas ya que combate el exceso de mucosidad y la tos.
Aunque la manera más común de prepararlo sea crudo en ensalada, no puede faltar para dar un toque de sabor y aroma a cualquier caldo. Además, cada vez es más habitual el empleo de apio rallado haciendo la función de especia aromática en toda clase de guisos.
Comer esta verdura al inicio de las comidas abre el apetito y ayuda a mantener los gases a raya. Las personas de estómago más delicado pueden optar por hervirlo o tomarlo en zumo. Licuado con manzana o con zanahorias es una alternativa deliciosa.
El apio también cuenta con una faceta más medicinal y a pesar de que ésta sea menos conocida no deja de ser un hallazgo natural muy eficaz para paliar ciertos males.