Adiós a las armas

La iniciativa anunciada el miércoles pasado por Obama está enmarcada en una ofensiva sin precedentes

Sociedad

Después del tiroteo de la semana pasada en la escuela primaria Sandy Hook de Newtown,Connecticut, el presidente Barack Obama se comprometió a tomar medidas contra la violencia con armas.

La senadora Demócrata Dianne Feinstein de California ya prometió que presentará un nuevo proyecto de ley para prohibir las armas de asalto el primer día de sesiones del nuevo Congreso el mes entrante.

Nuevas leyes sobre las armas no lo arreglarán todo.Pero cualquier avance será un progreso comparado con el despropósito actual. El control de las armas debería de ir acompañado, por supuesto, de una mejora en la atención a la salud mental de la población, otro asunto que subyace bajo este suceso.

Los medios han señalado rápidamente que el muchacho (Adam Lanza) era un enfermo mental, al parecer igual que en otras ocasiones. Independientemente de que esto sea cierto, lo que consiguen los medios de comunicación con esta criminalización del enfermo es erradicar la responsabilidad social-estatal.

Sin embargo, esto no quita que aquí tengamos otro elemento para explicar esta epidemia de violencia: La ausencia total de sistema de salud mental. Ronald Reagan privatizó, hasta prácticamente eliminarla, la sanidad mental. Muchas de las enfermedades mentales no son cubiertas por las aseguradoras,

No olvidemos que los asesinos en estos casos suelen ser primero víctimas. Los enfermos sin recursos, y más dramáticamente los enfermos mentales, son abandonados por los mismos hospitales

Pero parece que EEUU utiliza la prisión como la mejor solución para gente con problemas mentales. Según Human Rights Watch, la cantidad de reclusos enfermos mentales en las prisiones del país, se cuadruplicó entre 2000 y 2006.

Sin especular sobre los detalles de la condición mental o motivaciones de Lanza, es útil llamar la atención al contexto en el que ocurren eventos semejantes.

Para empezar, la fijación estadounidense con el logro individual y el éxito logrado por sí mismo es un fenómeno aislador que produce presiones. Sin duda, la tendencia gubernamental de promover políticas pro corporativas (en la educación) exacerba aún más el aislamiento individual.

Este país está fundado sobre la libertad individual, y así se explica la Segunda Enmienda constitucional que protege el derecho a las armas.

Sin embargo, la enmienda tiene todo el sentido, el que el pueblo pudiera defenderse del enemigo invasor, los británicos.

La pregunta que surge es ¿Qué hacía la madre, Liza Long, con esas armas semi-automáticas? ¿De quién se defienden?

“EEUU siempre ha sido un país muy atemorizado, desde tiempos coloniales. Hay un sector grande que piensa: ‘ahí vienen por nosotros’, pero nunca se sabe quiénes son ‘ellos’… Entonces, uno debe poseer armas y se tiene que defender. Eso proviene desde muy atrás de la historia estadunidense”, explica Noam Chomsky en Truthout.

Pero las consecuencias de esto están muy presentes.

La respuesta armada y violenta a las “amenazas” a la seguridad pública, sean drogas, inmigrantes indocumentados o locos, son opciones legítimas aquí.

Los programas televisivos y los videojuegos que glorifican la violencia también pueden jugar un papel en el desgaste de la compasión y en abstraer la realidad del sufrimiento humano

Esta Navidad a millones de niños se les obsequiarán videojuegos, los más exitosos son en los que se juega a ser un soldado, un asesino, un espía, un integrante de las fuerzas especiales, o un combatiente en una batalla urbana entre “buenos y malos”, y para ganar uno tiene que matar y destruir al “enemigo”. Todas las semanas, informa The New York Times, la Casa Blanca evalúa y selecciona objetivos para matar o destruir con drones, esas aeronaves robot controladas desde miles de kilómetros a distancia por militares a través de computadoras y pantallas muy parecidas a las de estos videojuegos. Uno no ve sangre, no escucha gritos, no huele la destrucción, sólo cumple con el objetivo.

Las guerras han mantenido un alto nivel de violencia en el subconsciente de la sociedad

EEUU os tiene una historia corta, fundado en el genocidio indígena, llena de violencia, individualismo, explotación, segregación y miedo; pero también luchas de liberación. Todo eso está en el inconsciente colectivo, impreso en su ideología, en su cultura, en el alma social. Toca por tanto cambiar el rumbo, o este país seguirá hundiéndose poco a poco en la violencia, el miedo y el caos.

Todo parece indicar que lo hará.

La iniciativa anunciada el miércoles pasado por Obama está enmarcada en una ofensiva sin precedentes para tratar de modificar la relación que durante décadas ha tenido este país con la violencia

Nombró al vicepresidente Joe Biden encargado de una comisión del Ejecutivo para elaborar propuestas y medidas sobre el control de armas, al calificarlo como un “tema central” al inicio de su segundo periodo.

“Esta vez, las palabras tienen que llevar a la acción”, afirmó Obama

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