La Navidad no llega para afectados por Sandy

Más de 20,000 niños desamparados en Nueva York pasarán las festividades de Navidad y Año Nuevo en refugios de la Ciudad

Decoraciones de Navidad fueron colocadas frente a las ruinas de las casas destruidas por el huracán Sandy en el vecindario Breezy Point.

Decoraciones de Navidad fueron colocadas frente a las ruinas de las casas destruidas por el huracán Sandy en el vecindario Breezy Point. Crédito: AP

Nueva York — En esta Navidad, Santa Claus va a tener que hacerle un anexo a su fábrica de juguetes en el Polo Norte, para poder complacer a muchos de los niños afectados por el huracán Sandy, quienes sólo desean una vivienda permanente y que sus vidas vuelvan a la normalidad.

Como los hermanitos Adair, de 13, Jared, de 11, y Frida Martínez, de 10 años, quienes perdieron todas sus pertenencias durante el huracán Sandy, cuando su casa de Staten Island se inundó y la familia tuvo que abandonarla.

“Yo no quiero juguetes esta Navidad, yo sólo quiero que todo vuelva a ser como antes”, dijo Adair, quien cursa el octavo grado. “Ahora, en la escuela, mis compañeros y yo estamos más calladitos y hablamos mucho del huracán, y nos preocupa que vuelva a pasar y nos da mucho miedo”, expresó el menor.

>Jared también quiere que todo vuelva a la normalidad, ya que antes estaba a cinco minutos de su escuela, donde cursa el sexto grado, y ahora le queda a una hora en transporte público.

Y Frida, quien está en quinto grado, dijo que no quiere que otros niños pasen por lo que ella y su familia pasaron debido a Sandy.

“Yo quisiera pedir en Navidad que jamás vuelva a ocurrir un huracán”, dijo la niña.

Los tres niños son hijos de Hortensia e Israel Martínez, inmigrantes mexicanos, quienes residían en una casa en la calle Moreland, la cual se inundó pese a quedar a nueve cuadras de la costa.

“Lo que más nos dolió fue perder los juguetes y recuerdos de los niños. Las fotos, las computadoras donde hacían las tareas, los avioncitos y los PSP (PlayStation Portable), y los libros, que tanto les encantan”, dijo Hortensia. “Lo más impactante para mis hijos fue el haber roto de repente con una vida estable y tranquila, y haber dejado un vecindario donde todos eran amigables”, señaló.

Los Martínez permanecieron una temporada en casa de un amigo, hasta que recientemente encontraron un apartamento y están en el proceso de adaptarse a una nueva vida.

Israel Martínez, el padre, quien trabaja construcción, dijo que Sandy fue “un golpe muy duro para nosotros”.

“Y por eso vamos a pasarnos la Navidad donde mi familia en Carolina del Norte, para que mis hijos cambien a un ambiente más positivo y olviden un poco lo que pasó”, dijo Martínez. “Para mantener el espíritu de la Navidad, a mis hijos Adair y Frida les voy a regalar una guitarra, y a Jared un PlayStation 3D, que eran los juguetes que ellos querían antes de ocurrir el desastre”, dijo el padre.

El pequeño Andrés Salazar, de cinco años, quedó tan impactado por el huracán Sandy que ya tiene la costumbre de relatar el modo en que su padre, Andrés Salazar, de 24 años, le salvó la vida, cargándolo con el agua al cuello desde su casa en la calle Moreland hasta el bote de un vecino que los fue a rescatar.

“Se me perdieron todos mis juguetes con la inundación”, dijo el niño, y entre estos juguetes, según señaló, estaba su favorito, Bumblebee, el carro amarillo de los Transformes, que se convierte en robot.

Pese a que se quedó sin juguetes, según reveló la madre de Andrés, la dominicana Johanna García, el niño lo único que pedía era regresar a su casa, pero desde que hace poco la familia encontró un apartamento y lo amobló gracias a la ayuda de FEMA, el pequeño Andrés ha decidido pedirle a Santa Claus un muñeco de Luigi.

“Además a Andrés le llegará en Navidad un hermanito, porque estoy en los últimos días de embarazo”, dijo García, quien trabaja en un supermercado y su esposo mexicano es herrero.<

“Serán unas navidades difíciles porque nos hemos endeudado mucho con las tarjetas de crédito para podernos mudar, pero trataremos de pasarla lo mejor posible compartiendo en familia”, señaló.

Los hermanos Betsi, de 13 y Jeffrey Morán, de 11 años, hijos de los mexicanos Janet Delgado y Pedro Morán, de 43, aunque no perdieron sus pertenencias en la casa donde residían en la calle Hett, como el sótano se inundó tuvieron que salir y aún no han podido regresar porque no tiene ni electricidad ni calefacción.

>Los hermanos, según dijeron, lo único que desean para Navidad es regresar a casa, ya que la familia se está quedando con unos parientes.

“Mi esposo trabaja construcción y aún no hemos podido encontrar vivienda permanente”, dijo Delgado. “Trataremos de pasar la Navidad lo mejor que se pueda hasta que podamos encontrar un sitio fijo donde vivir”, señaló.

El número de niños desamparados que pasarán las festividades de Navidad y Año Nuevo en refugios de la ciudad de Nueva York, se incrementó en un 20% con relación al año pasado, llegando a más de 20,000.

De acuerdo con una infografía dada a conocer por el Comité de Ciudadanos para los Niños de Nueva York (CCC), denominada NYC Children: Homeless for the Holidays, el incremento en el número de familias desamparadas se puede atribuir a múltiples factores, incluyendo la recesión económica y la falta de programas para ayudar a familias sin techo en su transición de un refugio a una vivienda permanente.

El tiempo promedio que permanece una familia en un refugio aumentó a 355 días, comparado con los 315 días que duraba en el año pasado.

Jennifer March-Joly, directora ejecutiva del CCC, dijo en un comunicado que aunque los refugios son esenciales para proveer vivienda de emergencia a personas y familia desamparadas, “el NYC Children: Homeless for the Holidays encontró que programas alternativos como el de viviendas bajo alquileres subsidiados, pueden proveer soluciones por más largo tiempo a familias desamparadas de una manera menos costosa”.

“El costo para los contribuyentes por un mes de alquiler subsidiado es de $1,000, mientras que el costo por mes de una familia en un refugio es de $3,000”, dijo March-Joly.

Otros programas que podrían prevenir el desamparo de una manera menos costosa son los servicios de ayuda legal para evitar desalojos, y el Family Eviction Prevention Supplement, que también ayuda a familias a conservar sus viviendas.

La infografía también incluye como parte de la solución al desamparado el de viviendas de apoyo para familias con necesidades especiales, y la ampliación de ofertas de viviendas asequibles.

“El desamparo en la familia es una situación traumática para los niños, causa interrupciones en sus vidas y los separa de sus viviendas, amigos, escuelas y sus comunidades”, dijo Caroline Nagy, del CCC.

Para más información, visite el portal de CCC: www.cccnewyork.org

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