Rige en Cuba la reforma migratoria

Una mujer muestra dos pasaportes cubanos en una oficina regional de la Dirección de Inmigración y Extranjería en La Habana.

Una mujer muestra dos pasaportes cubanos en una oficina regional de la Dirección de Inmigración y Extranjería en La Habana. Crédito: <copyrite>ARCHIVO</copyrite><person>aP< / person>

La Habana/EFE — Cuba pondrá en vigor hoy la ansiada flexibilización migratoria que elimina restricciones para los viajes de los cubanos al exterior y para las visitas de los emigrados, en una de las reformas de mayor calado de las emprendidas por el presidente Raúl Castro.

Tras décadas de restrictivos, draconianos y costosos trámites migratorios, los cubanos podrán viajar al exterior sólo con su pasaporte en regla y, si es el caso, con el visado correspondiente que exija el país de destino.

Y es que el gobierno de la isla ha eliminado el durante años criticado “permiso de salida” o “tarjeta blanca” que hasta ahora era necesario obtener de las autoridades cubanas para salir del país, junto a otros documentos como la llamada “carta de invitación”, que también se suprime.

Otra de las novedades es la ampliación del tiempo que un cubano puede permanecer en el extranjero que pasa de 11 a 24 meses sin necesidad de prórrogas.

La nueva regulación quiere, además, “normalizar las relaciones de la emigración con su patria” y flexibiliza algunas condiciones para los cubanos que están en el exterior.

Así, los que abandonaron definitivamente el país podrán viajar a la isla y permanecer durante 90 días sin prórrogas, un plazo que se amplía a 180 días si se trata de ciudadanos cubanos que tienen permiso de residencia en el exterior, conocido como “PRE”.

La reforma migratoria cubana da también algunos pasos para permitir, incluso, la “entrada temporal” de emigrados que el gobierno cubano consideró “ilegales”, incluidos médicos y deportistas que desertaron o abandonaron el país en los años noventa.

En concreto, permitirá visitas de quienes se fueron “ilegalmente” de la isla pero después de los acuerdos de La Habana y Estados Unidos de 1994 -cuando Washington se comprometió a conceder al menos 20,000 visas anuales a cubanos- y si hace más de ocho años de su abandono del país.

No obstante, la nueva reforma migratoria mantiene aún limitaciones sobre los movimientos de los cubanos ya que las autoridades pueden denegar la concesión de un pasaporte por razones de “interés público”.

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