Obama actúa contra armas
Aprueba paquete de 23 órdenes ejecutivas; la NRA reacciona con ira

El presidente Barack Obama firma 23 órdenes ejecutivas para endurecer el control de armas en EEUU, incluyendo la prohibición de comercializar armas de asalto y la revisón obligatoria de antecedentes. Crédito: AP
WASHINGTON. El debate sobre las armas se caldea en tras la decisión del presidente Barack Obama de aprobar 23 órdenes ejecutivas para endurecer el control sobre las armas, entre ellas la prohibición de armas de asalto, y la respuesta de movimientos proarmas como la Asociación Nacional del Rifle (NRA) que tilda al mandatario de “hipócrita elitista”.
En un país donde hay más de 200 millones de armas en manos de la ciudadanía (sobre una población total de 310 millones), según datos de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), la reciente masacre de la escuela de Sandy Hook en Connecticut en la que fallecieron 28 personas, incluidos 20 niños, ha enconado más aún las posiciones de unos y otros.
Pese a que durante su comparecencia Obama reiteró su apoyo a la Segunda Enmienda de la Constitución estadounidense, que recoge el derecho a portar armas, y a los propietarios “responsables”, los grupos de presión a favor de las armas, con el NRA a la cabeza, elevaron el tono de su oposición frontal al plan de Obama.
“Les avisé de que este día llegaría y aquí está. No se trata de proteger a sus hijos, no se trata de detener el crimen. Se trata de prohibir sus pistolas. Punto”, afirmó Wayne LaPierre, vicepresidente ejecutivo del NRA, que cuenta con cuatro millones de afiliados, en un comunicado a sus miembros.
Durante la Feria de Venta de Caza y Armas en Las Vegas que se celebra esta semana en Nevada, la NRA emitió un anuncio en el que califica al presidente estadounidense de “hipócrita elitista”.
“¿Por qué es Obama tan escéptico sobre la idea de desplegar guardias de seguridad armada en nuestras escuelas cuando sus hijas están protegidas por guardias armados?”, reza el anuncio, que inmediatamente fue calificado de “repugnante” por la Casa Blanca.
Obama instó al Congreso, con quien mantiene tensas relaciones tras la complicada negociación para evitar el “precipicio fiscal”, a que apruebe nuevas medidas para dificultar el acceso a las armas, como la exigencia de un sistema universal de comprobación de antecedentes criminales.
Dado el control republicano de la Cámara de Representantes, Obama trató de apelar al bipartidismo al rememorar que el presidente republicano Ronald Reagan ya pidió al Congreso en una carta en 1994 que prohibiera la venta de armas de asalto. La prohibición, aprobada durante la presidencia de Bill Clinton, expiró en 2004 por lo que las armas de asalto volvieron a los estantes de las armerías.