Crece apoyo a reforma
Demócratas y republicanos están a favor de resolver el tema migratorio

Durante una manifestación grupos pro inmigrantes de Los Ángeles definieron la estrategia a seguir en los próximos meses. Crédito: <copyrite>La Opinión - </copyrite><person>J. Emilio Flores< / person>
Las excusas para no enfrentar la reforma migratoria como una prioridad nacional se están acabando: una nueva encuesta bipartidista encuentra elevados niveles de apoyo entre los votantes registrados del país para un plan que combine legalización y ciudadanía con medidas para evitar futura inmigración sin papeles y mayor control de los empleadores. El apoyo es amplio y viene tanto de votantes demócratas como republicanos e independientes, gente de diversos grupos étnicos y diferentes niveles económicos.
“No estoy seguro de haber visto una encuesta donde hubiera tantas coincidencias entre grupos que normalmente tienen diversos puntos de vista”, apuntó Bill McInturff, co fundador de Public Opinion Strategies, una encuestadora republicana. “Este es un tema en el que claramente hay una especie de fatiga pública de los votantes, están cansados de que este debate esté paralizado y saben que el sistema tiene que cambiar”.
La encuesta entre 1003 votantes registrados independientes, republicanos y demócratas, muestra un apoyo sólido para una solución migratoria que combine legalización y camino a la ciudadanía con medidas que hagan el sistema más “responsable”, es decir, que busquen evitar futura inmigración sin papeles.
Un 77% de todos los votantes expresó apoyo para un paquete de reforma de ese tipo y el apoyo incluye una preferencia por un camino a la legalización que incluya ciudadanía. Entre este apoyo, un 53% de los republicanos respalda la idea de la legalización (72% de demócratas también), aunque un 52% también favorece deportar a los que están aquí sin papeles.
No obstante, cuando se les preguntó sobre la opción de un plan de reforma que requiera que estos inmigrantes paguen impuestos, un camino a la ciudadanía, control sobre empleadores para evitar que contraten indocumentados y mejoras a la seguridad fronteriza, el apoyo fue masivo e incluyó todos los grupos e ideologías: demócratas 77%, republicanos 80%, independientes 72%.
“Estamos convencidos que la reforma migratoria no es sólo una prioridad latina, sino una prioridad para el pueblo de los Estados Unidos”, dijo Eliseo Medina, secretario y tesorero de la Federación Americana de Trabajadores (AFL CIO). “Esta encuesta excedió todas mis expectativas y espero que sirva para que los políticos vean que no se trata de un tema intratable”.
Agregó Medina que “los votantes van por delante del Congreso”, en este asunto.
Los resultados de la encuesta también revelan que mucha de la retórica utilizada por políticos anti reforma, hasta ahora no cuadra con las opiniones de la mayoría de los votantes hoy en día. Por ejemplo, un sector del partido republicano ha mantenido que hay que darle prioridad al control fronterizo y a las medidas policíacas y que solo cuando estén satisfechos con las mismas, considerarían la legalización.
La mayoría de los votantes, incluyendo republicanos, favorece que se ataque el problema de forma amplia, no sólo con control fronterizo. El apoyo es el doble (64%) para hacerlo de esta manera, que para la tan mencionada solución “fronteras controladas primero” que por años han ofrecido los republicanos (31% apoyo).
Los votantes tampoco están de acuerdo en que esta reforma sea “una amnistía”, un término que ha sido utilizado por los anti reformistas para generar la idea de que una legalización es esencialmente algo injusto y dañino para el país. En este sentido, un 66% está de acuerdo en que no es amnistía, sino una reforma necesaria y sólo 28% considera que sí lo es.
Jeb Bush Jr., hijo del ex gobernador de Florida Jeb Bush y de la mexicana Columba Bush, está siguiendo los pasos de su padre en involucrarse en temas de inmigración. En reacción a esta encuesta, Bush Jr. indicó ayer que usará los resultados para persuadir a legisladores republicanos y a otros dentro de su partido, de la necesidad de cambiar no sólo el tono, sino la política misma en torno a inmigración.
“Me satisface ver que una fuerte mayoría de republicanos reconocen la necesidad de una solución a largo plazo que incluya un camino a la ciudadanía”, dijo Bush Jr quien forma parte de la Junta Directiva de National Immigration Forum, un grupo que está trabajando con coaliciones conservadoras y que copatrocinó esta encuesta junto con America´s Voice.
El tema de la legalización, y si esta debe incluir o no ciudadanía, ha sido manejado por algunos líderes republicanos y está sobre la mesa en este momento, al menos en cuanto a las discusiones tras bambalinas previas a la presentación de proyectos de ley, que se esperan en el Congreso.
Uno de los primeros republicanos en hablar de esto fue Newt Gingrich cuando era candidato a la nominación republicana el año pasado. Otros como el senador republicano Marco Rubio, han hablado de hacer el camino hacia la legalización posible, pero largo, no dando siquiera “tarjetas verdes” inicialmente sino otro tipo de estatus temporal. La ciudadanía tardaría aún varios años más.
Pero la encuesta no encuentra apoyo para este punto de vista. De hecho, al dar la opción de legalización con ciudadanía, versus un sistema de legalización sin ciudadanía, el apoyo masivo va a la primera opción: 87%, esto incluye 83% de los republicanos.
Esto no quiere decir que no hay ciertas diferencias en la forma en que republicanos y otros ven el tema de la reforma. Los republicanos ponen énfasis en los temas de control y de que la reforma incluya medidas que impidan más inmigración sin papeles a largo plazo. También hay preocupación sobre la idea de que no se de a los indocumentados una legalización que sea “injusta” hacia los que esperan inmigrar legalmente al país.
El senador Rubio, por su parte, dio esta semana más detalles acerca de su propuesta de reforma por medio de entrevistas en el Wall Street Journal y el New York Times. Rubio planea presentar un plan de reforma que ofrezca una “visa temporal de no inmigrante” a los indocumentados que no hayan cometido un crimen y explicó que tendrían que pasar varios años “sin violar los términos” para obtener una legalización, pero que tendrían que “ponerse al final de la cola junto a los que esperan inmigrar legalmente y que no han venido ilegalmente”.
Frank Sharry, director de America´s Voice, expresó la preocupación de que el plan de Rubio añadiría más a las ya largas listas de espera que la limitada cantidad de visas disponibles cada año hacen ya muy largas para algunas nacionalidades, por ejemplo, los mexicanos. “Rubio tiene que reconocer que poner a la gente en una línea sin disminuir los retrasos que ya existen en procesamiento de residencias no sería una solución”, dijo Sharry.