Sonia Sotomayor: una mujer a carta cabal

La jueza estará en San Francisco el lunes 28 de enero para presentar su nuevo libro

WASHINGTON, D. C.— Hay quienes dejarían que un nombramiento a la Corte Suprema y un contrato de $1.2 millones para escribir un libro se les subiera a la cabeza. Pero no todo el mundo es la jueza Sonia Sotomayor.

De hecho, allí en su oficina grande y con una lujosa alfombra anaranjada, la jueza se muestra sin ninguna señal de formalidad. Nos saluda como una tía alegre a quien no hemos visto desde hace tiempo. Alguien que te hace sentir que estás en tu casa.

En la pared, frente a la entrada de su oficina, está colgada una obra de Juan Sánchez, un collage de imágenes y citas en homenaje a la pionera y educadora puertorriqueña Antonia Pantoja. También hay fotos de Sotomayor con niños, incluyendo una del Museo para Niños en El Bronx, el condado donde nació y se crio.

Nombrada por el presidente Barack Obama en 2009, a Sotomayor todavía le parece que su hazaña —obtener un puesto como juez en el mayor tribunal en Estados Unidos— es “casi surrealista”.

Sus memorias, Mi mundo adorado, que se publicaron recientemente, no son un logro más en su exitosa carrera. Las escribió por varias razones, entre ellas, como una promesa de mantenerse fiel a quien es y una manera de brindar un esbozo más complejo del vilipendiado Bronx.

En su libro, Sotomayor revela experiencias muy dolorosas, tales como haber perdido a su padre a causa de su alcoholismo, a su abuela de cáncer de ovario y a un primo por las drogas y el sida. También habla de los momentos y valores que conocemos los latinos, como reuniones familiares y el esfuerzo por triunfar.

Vestida de pantalones y blusa negra con un suéter color trigo, y el cabello peinado en sus tradicionales capas, Sotomayor está sonriente y relajada dentro de la oficina desde donde ejerce su función de guardiana de la justicia: un papel destinado a ser suyo. La escena ejemplifica el adagio popular – lo que está para ti, nadie te lo quita.

EDLP: En sus memorias, usted habla de una visita a la Universidad de Harvard, una de las otras universidades a la que pensó ir, y de ver un sofá por primera vez “sin la cubierta plástica”.

SS: Tuve muchas razones para escribir este libro y una de ellas era la esperanza de que cada latino, niño y adulto, encontrara algo conocido en él, ya que mis experiencias son tan comunes entre nosotros, y esperaba que cuando terminaran de leer el libro se quedaran con un sentimiento renovado de orgullo por nuestra cultura y por quienes somos. Esto nos da mucha fuerza y debemos estar orgullosos de ello. Así que espero que el libro les genere ese sentimiento.

EDLP: Usted revela problemas familiares que las generaciones mayores tienden a ocultar. ¿Cuál fue la reacción de su madre a sus memorias?

SS: A mi mamá le encantó el libro y me dijo, ‘nunca supe que habías hecho tanto’. (risas)

[Sotomayor habla de cómo ella y su familia decidieron revelar que su primo Nelson era adicto a las drogas].

SS: Cada uno de ellos [su familia] cree que no es bueno esconder cosas, y que al compartirlas podríamos dar esperanza a otros, porque tantas personas que conocemos han sufrido los mismos problemas… Así que esto no es sensacionalismo. Tiene que ver con ejemplos y con esperar que pueda ayudar a otros a enfrentar estas situaciones y a tomar decisiones diferentes.

EDLP: Su vida ha cambiado tanto y tan rápido. Fue nombrada a la Corte Suprema, vive ahora en Washington, tiene un contrato de $1.2 millones para un libro… está en otro planeta. ¿Cómo se siente?

SS: De vez en cuando siento que no es real. Es casi surrealista.

Una de las otras razones para escribir este libro era aferrarme a la persona que fui. Por cierto, más personas saben de mí ahora, y me siguen, algo que nunca sucedió antes. No quise que yo, mi ser interior, cambiara. Porque me gustaba Sonia, la Sonia que era. Así que otra razón para escribir el libro era aferrarme a eso. Cualquiera que fuera la mejor Sonia, tratar de captarla.

EDLP: ¿Cómo vive su latinidad ahora como jueza de la Corte Suprema en Washington?

SS: Igual que lo he hecho toda mi vida. Manteniendo a mi familia y amigos cerca, a mis amigos latinos cerca. Visito la isla [Puerto Rico] tan a menudo como puedo. Y visito a la comunidad con tanta frecuencia como puedo, dado lo que se me exige. Me reúno con niños. Me reúno con adultos. Trato de pasar tiempo con la gente y escuchar sobre sus vidas…Uno sólo se puede mantener conectado si se siente conectado. Y espero que en mi libro se note el sentido de que en realidad me siento conectada.

EDLP: Usted pasa bastante tiempo hablando de la historia de Puerto Rico y menciona el estatus de la isla. ¿Cree que este asunto se resolverá algún día?

SS: No estoy segura, pero espero que sí.

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