Reacciones a acuerdo bipartidista sobre reforma migratoria

El plan se centra en ofrecer un camino a la ciudadanía para los indocumentados, pero sujeto a ciertas condiciones

WASHINGTON, D.C.- La primera propuesta bipartidista de inmigración en cinco años, ha recibido una reacción positiva hoy, tras difundir sus principios básicos. El plan se centró en ofrecer un camino a la ciudadanía para los indocumentados, pero sujeto a ciertas condiciones.

Ocho senadores demócratas y republicanos, presentaron un documento hoy y lo describieron como un “camino duro, pero justo”, para sacar a los 11 millones de indocumentados de la sombras.

La discusión pública recién comienza ahora y tanto grupos conservadores como liberales, dieron la bienvenida a la propuesta, como un primer paso, con la esperanza de mantener vivo el debate, en uno de los temas más controversiales para el Congreso.

“El diablo está en los detalles”, fue el mensaje general con el que despertó Washington hoy. “Es un avance substancial. Debe existir un camino claro a la ciudadanía. No puede ser un camino eterno sin comienzo ni fin. No debe ser algo que demore 20 años”, comentó Ali Noorani, director de National Immigration Forum, organización líder de “Forging Consensus”, un grupo que reúne a sectores evangélicos, de negocios y seguridad.

En la Cámara de Representantes un grupo bipartidista, también está negociando un plan migratorio. Representantes del grupo como el congresista Mario Díaz Balart (R-FL), dijo que los principios presentados “son compatibles con las discusiones en la Cámara Baja”.

Por su parte, líderes como Luis Gutiérrez (D-IL) enfatizaron que la negociación no está en un punto “donde se puedan dibujar líneas en la arena y que toda propuesta puede ser enmendada”.

Desde diciembre, los senadores Robert Menéndez (D-NJ), Charles Schumer (D-NY), Richard Durbin (D-IL), Lindsey Graham (R-SC), Marco Rubio (R-FL) y John McCain (R-AZ) han sostenido reuniones privadas para llegar a un acuerdo.

Todos ellos, además de Jeff Flake (R-AZ) y Michael Bennet (D-CO), respaldan el documento de cinco páginas difundido hoy.

La ciudadanía para los indocumentados se condicionaría a dos variables: metas que muestren avances concretos en seguridad fronteriza y un mejoramiento del sistema que permite el ingreso de inmigrantes con visas y que luego permanecen en el país. Mientras se cumplen esos objetivos, las personas tendrían un estatus legal provisional, con permiso de trabajo.

El documento no entrega muchos detalles respecto a los cambios necesarios en seguridad fronteriza, pero menciona elementos como el aumento de drones, equipo de vigilancia y el incremento de agentes en los puertos de entrada.

También incluye la creación de una comisión de seguridad fronteriza compuesta por gobernadores, procuradores generales y líderes comunitarios, para monitorear el progreso, junto a iniciativas que eviten la práctica de perfil racial en la zona.

“Una vez que las medidas de control sean completadas, los individuos con estatus provisional, podrán acceder a su residencia legal si: se ponen al final de la fila de los inmigrantes que se encuentran tramitando su residencia permanente; completan una revisión de antecedentes adicional; pagan impuestos; aprenden inglés y educación cívica, demuestran un historial de trabajo en Estados Unidos y un empleo al momento de aplicar, entre otros requerimientos”, dice el acuerdo.

Asimismo, se menciona que los indocumentados tendrán que “pagar su deuda con la sociedad”, aunque no se detalla qué implicaría esto. En años anteriores, se ha discutido la posibilidad de que tengan que declararse culpables de un delito menor, antes de obtener sus papeles.

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