Alejandro Murguía entra a la Ciudad de los Poetas

Es el sexto poeta laureado en San Francisco, y el primer latino que recibe este honor

El poeta laureado Alejandro Murguía saluda a sus lectores en la Biblioteca Pública de San francisco.

El poeta laureado Alejandro Murguía saluda a sus lectores en la Biblioteca Pública de San francisco. Crédito: Fernando Andrés Torres / El Mensajero

SAN FRANCISCO.— A teatro más que lleno el poeta Alejandro Murguía asumió su nuevo cargo de Poeta Laureado de San Francisco el pasado 27 de enero en la biblioteca de la ciudad. La distinción no sólo lo convierte en el sexto laureado de la Ciudad de los Poetas, sino también en el primer latino en asumir la distinción.

Con su sonrisa abierta y la humildad que lo caracteriza, el poeta resaltó la importancia del distrito de la Misión en el movimiento literario contemporáneo de la ciudad. El barrio que en el apogeo de la inmigración Latinoamericana —durante los sesenta y setenta— produjo una gran parte de lo que es hoy la historia literaria de San Francisco.

“La verdad es que nunca nos hemos ido de San Francisco. Lo que pasa es que nos han dejado afuera. Pero desde ahora en adelante; desde este escenario, digo que todas nuestras comunidades: los indígenas, afros, latinos, asiáticos, angloamericanos, poetas beat y poetas no beat; desde ahora en adelante cantaremos la canción de nuestro tiempo en esta hermosa Ciudad de los Poetas. Desde hoy en adelante no hablaremos de historias literarias paralelas. Hablaremos del patrimonio de la historia literaria de San Francisco y punto final”, dijo Murguía antes de ser interrumpido por profusos aplausos.

El poeta que recitó su primer poema a los seis años de edad en Tijuana, dijo entender bien que la distinción “no es para mí, sino que es un honor para toda mi comunidad. Cuando me llamó el alcalde yo le dije que aceptaría pero con una condición: sólo bajo el nombre de mi comunidad”. La segunda cosa que le preguntó al alcalde fue si el nombramiento incluía un “permiso de estacionamiento. Ustedes ni se imaginan cuantos poemas he escrito detrás de las multas”, dijo.

Murguía es también un destacado novelista, organizador literario y educador. Su participación como combatiente en la insurrección nicaragüense de 1979 está plasmada en su libro de relatos Frente de Guerra Sur (premio American Book, 1991). Murguía es profesor en la Universidad Estatal de San Francisco, donde imparte literatura latinoamericana.

Su estilo poético, autodefinido como “poesía imperfecta”, le ha dado prominencia en los círculos literarios. Sus imaginativas y vivaces observaciones están enmarcadas por sus vivencias en el barrio, en la guerrilla, la ciudad por la noche, los abandonados, los lugares oscuros del amor, las escaramuzas de la muerte, los amigos inconformistas y la rabia innata de la pobreza.

“Aprendí en los bares de la clase obrera, en donde, si la poesía no era buena, te vociferaban; ¡mejor regresa a tu asiento! La primera vez que me pagaron fue con dos cervezas, pero en realidad sólo fue una porque la otra me la tiraron”, recordó Murguía.

El nombramiento de Murguía le da un renovado impulso a la poesía en español y bilingüe; un pujante movimiento que se está haciendo escuchar en la ciudad. Murguía se suma al Poeta Laureado de California Juan Felipe Herrera y al de Sacramento; el prolífico y venerado poeta artesano del Caló y el Spanglish, José Montoya. Y si incluimos a Ricardo Blanco, el poeta que inauguró a Obama, podríamos decir que los medios dominantes de la cultura y la política también están prestando atención a este auge poético.

Según Murguía, la poesía ha estado vinculada a la historia de San Francisco desde los poemas indígenas del pueblo Ramatush, los expedicionarios españoles, las canciones mineras de los chilenos de los años cuarenta, las evocaciones de Pablo Neruda a Joaquín Murieta, hasta los primeros poetas centroamericanos residentes que iban y venían intercambiando poesía. La residencia del poeta nicaragüense José Coronel Urtecho, los trabajos de Claribel Alegría, Daisy Zamora, Gioconda Belli y Roque Dalton. La presencia del poeta y profesor de la Universidad de Stanford, Fernando Alegría, cuya labor de promover la literatura latinoamericana en el área fue fundamental, aseveró Murguía.

“Para mí la poesía es lo que me mantiene vivo, para navegar por las oscuras horas de la noche. Espero que mi poesía sea accesible y que no se necesite un profesor de teoría de la literatura para explicarla. Como dijo un poeta alguna vez, la poesía es la mejor palabra en el mejor lugar”. Parafraseando a Eduardo Galeano, Murguía musitó: Pensar que la poesía puede cambiar el mundo es absurdo, pero pensar que el mundo puede cambiar sin la poesía es igualmente absurdo.

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