Modismos
Nueva York Dicen que la Serie del Caribe es como una versión caribeña del famoso Clásico de Otoño del béisbol norteamericano.
Y aciertan en esta afirmación, pues este evento, que se celebra este año en suelo mexicano, no sólo concita los mejores equipos de los cuatro países participantes (México, Puerto Rico, Dominicana y Venezuela); también es la oportunidad de disfrutar de elementos tan propios y singulares como lo son las expresiones y jergas que se han adaptado para el lenguaje beisbolístico.
Nacido en los Estados Unidos y difundido a través del Caribe a diferentes partes del mundo, el béisbol se ve de una sola manera, pero se manifiesta de muchas formas.
Desde que empezó a difundirse en nuestros países los periodistas y locutores siempre trataron de hacer llegar al público un mensaje claro y, muchas veces divertido, cuando del béisbol se tratase.
Y como cada deporte tiene su propio lenguaje, en el caso de ‘la pelota caliente’ como empezaron a llamarlo muchas de sus expresiones en su original idioma inglés fueron adaptadas al oído del fanático latinoamericano.
En esta Serie del Caribe, cualquier desprevenido que escuche la radio, lea un periódico o vea la televisión podría confundirse ante lo colorido del lenguaje beisbolero.
Las posiciones en el campo, que en el inglés son descritas de la manera más simple (llámese primera, segunda o tercera base), fueron adornadas en nuestro idioma y, a decir verdad, suenan mejor: el inicialista, el de las paradas cortas, el camarero o el esquinero hacen parte ya del diálogo cotiano beisbolero.
A los bateadores de poder los llamamos ‘toleteros’; a los lanzadores se les describe como ‘serpentineros’; los que juegan en los jardines, también son guardabosques, y el dirigente lo convertimos en ‘piloto’, que no maneja avión sino muchos egos.
El cerrador, aquel pitcher al que sólo llaman para sacar los últimos tres outs y conservar el triunfo, le pusimos el ‘taponero’ o ‘apagafuegos’.
Las carreras, que serían como los goles futbolísticamente hablando, pueden ser descritas de muchas formas: el jugador ‘cruzó la goma’, ‘pisó la registradora’. Y si es una carrera sucia, la que se produce con un error, se le puede llamar ‘inmerecida’. Los mexicanos la llaman cómicamente como ‘una carrera manchada por el pecado’.
Un simple ‘out’ o el españolizado ponchado se ha transformado en varias definiciones: en México dicen ‘le recetó un chocolate’ o ‘le sirven un plato de sopa de pichón’; en Venezuela ‘papita, maní, tostón’ y en Colombia le dirían ‘abanicando la brisa’.
También es común describir a un bateador ponchado como: ‘quedó con la carabina al hombro’.
El home run o jonrón, se le llama también cuadrangular, batazo de cuatro esquinas o para otros es una bola que se ‘voló la barda’. El ‘Bambinazo’ en honor al legendario Babe Ruth por sus jonrones descomunales. Y si las bases o ‘sacos’ están llenos la descripción se puede transformar en un ‘barrieron las bases’, ya sea con un doble, triple o jonrón.
Los cubanos, tan notorios y expresivos, le llaman a un bateador débil: ‘un out vestido de pelotero’.
Sea el adjetivo que sea o el nombre que se le ponga, el béisbol es viva emoción para nosotros los latinos y, con la “Pequeña Serie Mundial” sin duda vamos a disfrutar más que ‘niño estrenando juguete’.