La dieta del primer año

La adecuada nutrición en el infante es vital para garantizar su buen desarrollo

Es esencial incluir en la dieta del menor de un año  proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales. Las frutas contienen los dos últimos elementos.

Es esencial incluir en la dieta del menor de un año proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales. Las frutas contienen los dos últimos elementos. Crédito: <copyrite>La Opinión - </copyrite><person>Archivo< / person>

Natalia VitelaAgencia Reforma

GUADALAJARA, México.— La alimentación adecuada durante el primer año de vida, periodo en el que se da un crecimiento constante y acelerado, es crucial para cubrir los requerimientos que necesita el organismo para su desarrollo, por lo cual es fundamental que los papás garanticen a sus hijos una adecuada nutrición.

Durante el primer año de vida los niños deben ingerir tres nutrimientos básicos: carbohidratos, proteínas y grasas, los cuales se obtienen a través de la leche materna, indica el pediatra Carlos Angulo.

La leche materna está compuesta por agua, hidratos de carbono, grasas, proteínas y vitaminas, es decir, tiene todos los nutrimentos; y también proporciona al bebé todos los anticuerpos que posee la madre.

El calostro protege al recién nacido de enfermedades gastrointestinales, respiratorias y otros padecimientos infecciosos.

Angulo explica que cuando existen impedimentos para que el bebé reciba leche materna se pueden recurrir a las fórmulas, leches en polvo diseñadas para el primer año de vida, pero es necesario buscar las que ofrezcan el mayor aporte nutricional y se adapten a las condiciones de salud del recién nacido.

El pediatra indica que es ideal que éstas contengan nutrimentos como luteína, selenio, zinc, yodo y hierro, así como ácidos grasos, como docosahexaenóico y raquidónico, para garantizar un buen desarrollo del sistema nervioso, neurológico y visual, además del fortalecimiento del sistema inmunológico.

Esta alimentación tiene que ser dada en forma exclusiva durante los primeros seis meses de vida, indica el especialista.

Si la alimentación es deficiente, el niño no podrá alcanzar un crecimiento normal del cerebro, ni el peso y talla que corresponden, refiere El Que Come y Canta Loco Se Levanta, publicación de la Escuela de Dietética y Nutrición del ISSSTE. Por el contrario, se ha comprobado que la sobrealimentación y el exceso de peso se asocian frecuentemente con obesidad e hipertensión.

Expertos en nutrición de esta institución, explican que una alimentación adecuada es comer variado, sabroso y suficiente, combinando los diferentes alimentos que tenemos disponibles para que nuestro organismo funcione normalmente.

Tras los seis meses

A medida que va creciendo el bebé, aumentan sus necesidades nutrimentales, por lo que es necesario introducir otros alimentos diferentes a la leche en su dieta. A este proceso se le conoce como ablactación.

“Se van agregando alimentos mes con mes y se disminuye la cantidad de leche”, explica Angulo.

El bebé presenta algunas señales que indican que está listo para iniciar con la introducción de alimentos diferentes a la leche. Por ejemplo, duplica su peso al nacer o pesa al menos seis kilos, es capaz de sostener la cabeza colocado en posición semisentada y sigue la cuchara con la vista, con lo que participa más activamente en su alimentación.

Para las primeras semanas de la ablactación son recomendables las frutas, verduras y cereales.

Los cereales se pueden preparar con la leche materna y a partir del sexto mes es posible iniciar con la introducción de pollo, posteriormente carne de res y a medida que el niño va aceptando los alimentos se puede agregar frijol, lentejas y finalmente huevo cocido o revuelto.

Se aconseja proporcionar un sólo alimento a la vez para permitir que el niño identifique su sabor, olor, color y consistencia particular.

Asimismo, se le debe dar el mismo alimento por tres o cuatros días seguidos para que se familiarice con el sabor e ir agregando otros alimentos además del anterior.

Se recomienda no agregar sal ni azúcar para permitir que el niño identifique los sabores auténticos de los alimentos y probar el alimento antes de dárselo para verificar que la temperatura y el sabor sean adecuados. Los líquidos como agua o jugos naturales deben dársele en taza o con cucharita y las consistencias deben cambiar poco a poco, empezando por papillas, molidos, hasta picados finos y gruesos.

Angulo menciona que si los papás tienen alergias es muy factible que los niños también, por lo que es importante cuidar la integración de alimentos, como huevo, pescado y cítricos en general.

Igualmente, se debe evitar la leche de vaca entera, en cualquier presentación, hasta los 12 meses de vida, pues el bebé no está listo para digerirla y aprovecharla.

Primer año

Angulo menciona que una de las grandes metas pasado el año de vida del bebé es tratar de integrarlo a la alimentación de casa. Es muy importante que ésta sea balanceada y que se evite el consumo de refresco y comida chatarra. La leche ya no es básica para la alimentación, pero continúa siendo un nutrimento importante. En el primer año de vida se debe dar la suspensión de la lactancia al pecho conocida como destete.

El pediatra comenta que es esencial que el niño a esta edad tenga una alimentación integrada por cinco nutrimentos: proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales. “Debe ser 30 por ciento de grasas, 30 de carbohidratos, 20 de proteínas, 10 de vitaminas y 10 de minerales”, explica.

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