Homenaje a las “Chicanas” de la calle 18

El libro 'Chicanas of 18th Street' invita a conocer de mujeres que lucharon por los derechos de los inmigrantes en los setentas.

Magda Ramírez- Castañeda propuso la idea de poner por escrito las memorias de un grupo de amigas chicanas.

Magda Ramírez- Castañeda propuso la idea de poner por escrito las memorias de un grupo de amigas chicanas. Crédito: Irene Tostado / La Raza

Chicago.- Activistas por muchos años y amigas por muchos más, Yenelli Flores, María Gamboa, Isaura González, Victoria Pérez, Magda Ramírez- Castañeda y Cristina Vital, trasladan a los lectores a las décadas de los sesentas y los setentas en el libro ‘Chicanas of 18th Street’, para revivir las protestas contra las injusticias sociales y por los derechos de los inmigrantes latinos.

El libro, que será presentado el próximo 24 de marzo, narra la historia de cinco mujeres mexicanas, quienes lograron pelear por un centro de educación para los hijos de inmigrantes, lucharon contra la explotación de mujeres trabajadores en una fábrica de pantalones en Texas y se manifestaron contra diferentes formas de discriminación.

En 1997, Ramírez propuso la idea de poner por escrito las memorias durante una cena donde se reunieron las mujeres activistas para platicar, recordar y planear para el futuro. Después de varios años de trabajo el libro fue publicado finalmente en septiembre de 2011.

Las cinco activistas, educadoras y madres trabajaron para capturar las diferentes perspectivas y encapsular las memorias que vivieron mientras protestaban contra la guerra en Vietnam, cabildeaban por los derechos de los trabajadores en las pizcas de uva, organizaban sindicatos y abogaban por la igualdad social y de género.

“Escribimos el libro con el propósito de que lo utilizaran los profesores en los colegios para educar a la juventud de hoy sobre la historia del Movimiento Chicano en Chicago”, dijo Ramírez a La Raza.

AÑOS DE ACTIVISMO

Algunas de las historias contenidas en el libro relatan el trabajo que las activistas hicieron en Pilsen y La Villita, motivadas por el activismo social de la época.

El Movimiento Estudiantil Chicano de Aztlán (MECHA), por ejemplo, se formó en los sesentas como una organización estudiantil que contagió a estudiantes en todo Estados Unidos, incluyendo Chicago.

Ramírez, quien emigró a Chicago de Coahuila, México, junto con sus papás, narró que empezó a aprender sobre la discriminación contra las minorías raciales en los Estados Unidos porque su mamá le leía libros “en forma de novelita, en México, sobre las injusticias contra la comunidad afroamericana”.

Ya en Chicago se involucró en el movimiento desde la secundaria, cuando vio a Cesar Chávez cabildeando por los derechos de los trabajadores del campo. Luego conoció a las otras activistas y protagonistas de libro en la Universidad de Illinois en Chicago (UIC).

“En Chicago peleamos por un departamento de estudios latinos en el colegio en 1971 y me acuerdo que nos apoderamos de uno de los edificios de la Universidad de Illinois hasta que nos hicieron que saliéramos porque había un incendio”, relató Ramírez.

“En aquel entonces, muchos latinos no iban directamente a la universidad y menos mujeres; pero mi papá siempre me dijo que la educación es algo que nadie me puede quitar”, recordó la mujer, quien contribuyó a la creación del Comité Anti-Militarización (CAMI) en Pilsen.

FUE SU TIEMPO

Yenelli Flores, por su parte, también formó parte de CAMI, una de las ramas del movimiento Chicano en Chicago y trabajó en Casa Aztlán para educar a los inmigrantes recién llegados.

Mientras que María Gamboa trabajó con la compañía de teatro Trucha para encarnar las historias de las injusticias contra las clases y las razas sobre un escenario en el barrio y así promover la cultura y el arte latino.

En 1974, cuatro semanas después de dar a luz a su primer hijo, Ramírez marchó por los derechos de los inmigrantes sobre la calle 18 y casi fue arrestada por obstruir el tráfico, mientras luchaba junto con sus compañeros de la asociación por los derechos de los obreros contra la Autoridad de Tránsito de Chicago (CTA, por siglas en ingles).

“La CTA no estaba empleando a latinos y les preguntamos por qué. Nada estaba sucediendo y decidimos organizar un piquete en medio de la calle 18 y la avenida Ashland; gritamos, “¿Qué queremos? Trabajos, ¿Cuándo? Ahora”.

El libro, que culmina con la frase “Fue nuestro tiempo”, sirve para reflexionar y aprender de los esfuerzos hechos por los primeros inmigrantes latinos que pusieron los cimientos para inspirar las marchas del mañana.

DATO EXACTO

  • Presentación del libro ‘Chicanas of 18th Street’

24 de marzo, 10 am- 12:30 pm

Newberry Library, 60 W. Walton Pl.

(773) 227-0093/ www.cawhc.org

Entrada gratis

  • Celebración del primer aniversario del lanzamiento del libro y 43 años del movimiento Chicano en Chicago

30 de marzo, 5 -11 pm

Calles y Sueños, 1900 S. Carpenter St.

(312) 369-9294

Entrada gratis

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