Mariachi se escribe con ‘M’ de mujer

En Flor de Toloache se lucen 10 mujeres músicas de los más diversos orígenes. Tocan desde la vihuela hasta el guitarrón.

En Flor de Toloache se lucen 10 mujeres músicas de los más diversos orígenes. Tocan desde la vihuela hasta el guitarrón. Crédito: Fotos: cortesía

Como dice aquella popular canción, estas señoritas saben coser, saben bordar y hasta aprendieron a hacer sus propios moños observando atentas los tutoriales de You Tube. Pero esas cualidades domésticas que les sirvieron, por ejemplo, para enhebrar la aguja y unir preciosas botonaduras a sus mallas negras permitiéndoles crear vistosos atuendos a un costo accesible, quedan opacadas frente a su talento para cantar y tocar todos los instrumentos tradicionales de los Mariachis.

Por eso, cuando las muchachas de Flor de Toloache se presentan en los escenarios neoyorquinos embelezan al público y con las coloridas flores que adornan sus cabellos -no usan sombreros como los Charros- arrancan suspiros y gritos a más de uno entre el público.

“Llama la atención ver un grupo de Mariachis formado únicamente por mujeres”, afirma Mireya Ramos, 31, a quien originalmente se le ocurrió la idea de prescindir -al menos para esto y por un rato- de los hombres. Nacida en California y criada en Puerto Rico, la joven conoció la música mariachi desde pequeña, gracias a su padre mexicano. “Es de Michoacán y en San Juan teníamos un restaurante donde cantaba. Me llevaba a todas sus tocadas”, recuerda.

Ya aquí en Nueva York, donde reside desde adolescente, Mireya siempre fue buscada por bandas por su tremenda habilidad con el violín y por su increíble voz. “Tocaba a menudo con Mariachis y un día me dije pero si en la costa Oeste está lleno de grupos de puras mujeres, ¿por qué aquí no?”

Con su amiga Shae Fiol, 34, también música y con algunos conocimientos de español por su padre cubano, decidieron poner manos a la obra -en el caso de Shae a la vihuela que aprendió a tocar a la perfección- y crearon la primera banda de Mariachis exclusivamente de mujeres. “En ese momento, hace unos cinco años”, cuenta Mireya, “estábamos heartbroken, nos habían dejado nuestros novios y entonces, cuando le tuvimos que poner un nombre al grupo dijimos ¿Qué tal la Flor de Toloache que es una pócima para el amor y la seducción? Funcionó perfecto” apunta Shae. “Curamos nuestros corazones rapidito y además no paramos de enamorar a nuestro público”, dice con picardía mientras apoya el estuche de su vihuela en una mesita del restaurante donde transcurre la entrevista.

Son 10 las chicas de Flor de Toloache y juntas cubren gran parte del globo, no sólo por el lugar donde nacieron si no por sus orígenes e historias de vida. “Verónica es mexicana, Eva es alemana pero vivió en Guatemala y aprendió español”, explica Mireya. “Doménica nació en Miami y es negra de raíces italianas”, agrega Shae.

Luego las dos se miran, medio nerviosas, como si estuvieran en un examen de geografía. Piensan por un momento y continúan: “Luisa es colombiana, Octavia es de Argentina, Anna es hondureña, Maya de Singapur y Jackie de Indiana”.

“Aunque no seamos todas cien por ciento latinas, tenemos una conexión muy especial con lo hispano. A mí, por ejemplo, me encantó siempre la salsa y me fascinan estas canciones tan mexicanas que describen a la perfección los Estados, sus costumbres y sus tradiciones”, dice Shae quien, junto a Mireya son las voces del conjunto. “Siempre antes de tomar una nueva integrante me fijo en que sean buenas músicas”, sostiene Mireya; “es importante que sepan improvisar y tocar de oído porque siempre hacemos nuestros propios arreglos o componemos y hay que ser flexibles”.

Con cuatro violines, un guitarrón, una vihuela, dos trompetas, una guitarra, un bajo y hasta flauta traversa, movilizarse no es sencillo y es Mireya quien, al volante de su Toyota Sienna, desplaza al grupo.

“Todos los meses estamos en el Rockwood Music Hall en el Lower East Side, y ahí daremos un show el próximo 5 de mayo. El 1ro de junio estaremos en el Museo de Brooklyn amenizando el famoso First Saturday”, enumera Mireya.

A pesar de no tener muchos fondos -sus presentaciones son, en general, gratuitas y a la gorra- las muchachas sueñan en grande y quisieran algún día pisar las tablas del Carnegie Hall o el Madison Square Garden. Algunos de sus sueños ya se están cumpliendo. “En abril partimos de gira a Bahrain, una isla en el Golfo Pérsico y estaremos tocando Mariachi para el Ballet Folclórico Calpulli”, dice Mireya.

Muy pronto también su primer álbum verá la luz y allí introducirán la canción ‘Song de Toloache’ además de otra música original y algunos temas en inglés como ‘Let Down.’ Otro proyecto que las tiene muy entusiasmadas es la creación de sus trajes de verano: “Los haremos nosotras, por supuesto, quizás con la ayuda de algún buen diseñador que se ofrezca pero queremos que sean hiper femeninos y muy sexy”.

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