Duro golpe a Head Start

A través de todo el país, el programa siente ya el 'dolor de los recortes'

El recorte  del 5% en fondos federales significa para el programa Head Start una reducción inmediata en su matrícula.

El recorte del 5% en fondos federales significa para el programa Head Start una reducción inmediata en su matrícula. Crédito: <copyrite>La Opinión - </copyrite><person>J. Emilio Flores< / person>

WASHINGTON, D.C.— “Reduciremos 85 vacantes de Head Start, a partir del 1 de julio”, explica Dana Jones, director ejecutivo de “Uniting people with Opportunities” (UPO), una de las agencias de acción comunitaria que administra recursos del programa en la zona de Washington D.C.

“Perderemos el 5% de nuestro financiamiento, eso se traduce en cerca de 750,000 dólares al año”, asegura. “Tenemos la obligación de cumplir con aquellos que ya están inscritos, pero en adelante tendremos menos lugares”.

La reducción en las vacantes implica 12 puestos de trabajo para educadores. Jones insistió en que el criterio de selección ahora estará enfocado en los sectores con niveles de pobreza más altos.

“La gente no se da cuenta de los efectos de este tipo de inversión. Estos servicios tienen un impacto económico recíproco, en las comunidades, negocios, mercado de vivienda. Son 85 hogares en que uno de los padres tendrá que asumir el cuidado de sus hijos”.

Como en UPO, los administradores Head Start a través de todo el país han comenzado a tomar medidas para ajustar su prespuesto al recorte del 5% obligado por el conocido ‘secuestro” de fondos federales.

El “secuestro” activó recortes automáticos al presupuesto fiscal, equivalentes a 85,000 millones de dólares en 2013, llegando a un total de 2.5 billones en los próximos 10 años. La medida entró en vigencia el 1 de marzo de este año y el Congreso debiera estar negociando un nuevo acuerdo para anularla.

Sin embargo, no hay avances y las comunidades ya han comenzado a experimentar el dolor de los recortes.

A diferencia de otras agencias federales que han podido posponer esos recortes, el programa Head Start se ha visto obligado lidiar con el recorte casi de manera inmediata porque su año escolar concluye esta primavera.

El gobierno calculó que 70 mil niños serán removidos de Head Start, incluyendo 25 mil latinos. De estos, unos 7 mil se encuentran en California.

Por el momento, ya se han registrado cambios en los programas de lugares como Bethlehem, Pensilvania; Rio Grande Valley, Texas; Cincinnati, Ohio; Iron County, Missouri; Laramie, Wyoming, entre otros. En su mayoría, las opciones se han centrado en reducir vacantes y personal.

En California, el impacto podría comenzar a sentirse este mismo otoño, cuando inice de nuevo el periodo de inscripciones.

Si el Congreso lograra un acuerdo en los próximos meses, es poco probable que los cupos puedan ampliarse de manera automática, considerando el calendario escolar y la planificación que se realiza a nivel local, en base a los presupuestos anuales.

“A lo largo del país, los proveedores de Head Start han reducido los gastos. Ellos tienen cierta discreción respecto a cómo aplicar estos recortes, pero están enfrentados a una realidad difícil. Tienen que escoger entre una serie de opciones malas”, comenta Ted Froanes, vocero de la Administración para Niños y Familias para el Departamento de Salud (ACF).

“Una de las alternativas que hemos visto en varios centros, anecdóticamente, es que están cerrando sus puertas antes del término del año escolar y abriéndolas más tarde. Otros han recortado servicios de transporte. Conocemos un caso en que se están removiendo estudiantes, a través de una lotería”, agrega.

“Cuando se debatió el impacto del secuestro se comentó que los efectos más grandes, sobre todo en educación, se sentirían a partir de septiembre. Pero no estamos viendo eso. Los recortes en Head Start ya están afectando a niños y profesores. 18,000 personas cuyo trabajo está asociado al programa serán impactadas”, enfatiza Luis Torres, director de política educacional en la organización LULAC.

“Los recortes estuvieron mal pensados desde el principio y terminarán costando más dinero al gobierno. Por ejemplo, si un niño se retrasa un año, entonces luego le costará más suplementar la educación para compensar el tiempo perdido”, agrega.

Pero en este punto y sin avances en el Congreso, agencias como la ACF sólo pueden lidiar con el problema explicando los efectos del secuestro a los concesionarios. No existe la posibilidad de redirigir los recortes o dilatarlos.

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