Maduro engrasa maquinaria promocional para agarrar votos (video y fotos)

Entre otras cosas, funcionarios del partido llevan 5,000 personas hacia centros de votación

Militares en espera para votar.

Militares en espera para votar. Crédito: EFE / David Fernández

CARACAS, Venezuela — Mientras camina por una de las empinadas calles de la barriada El Atlántico, al oeste de la ciudad, Rodolfo Radamés Sánchez, de 44 años, se acerca al conductor de una camioneta de pasajeros y le recuerda que hará parte de una red de decenas de vehículos públicos que trasladarán a los votantes de la zona el domingo, cuando se celebran los comicios presidenciales.

Como dirigente comunal del Partido Socialista Unido de Venezuela, su trabajo consiste en asegurarse de que la gente de su barrio sepa dónde tiene que votar y de que sean llevados a las casillas de votación respectivas.

“Sacamos casi 5,000 personas hacia otros centros (de votación)… Aquí te colocamos los puntos donde van a estar las camioneticas (que) tienen unos letreros que dicen hacia los centros donde lo vamos a llevar (a los electores)”, dijo Sánchez a The Associated Press. “Entonces ellos se montan y dicen en cuál centro van y la camioneta los lleva”.

Sánchez es apenas una de las piezas de un vasto engranaje del oficialista partido socialista, que movilizará a miles de electores el domingo.

Estructura y estrategia

Pero no es sólo estructura, también hay estrategia: el oficialismo pone en marcha un mecanismo denominado “1 por 10”, según el cual los miembros del partido se encargan de monitorear que al menos 10 de sus conocidos sufraguen.

Se trata de una maquinaria bien engrasada de promoción del voto, que fue construida en los 13 años de gobierno del fallecido mandatario Hugo Chávez. Cuenta con unas 200,000 personas, incluidos motociclistas del común y transportistas públicos. Su principal beneficiario, el presidente encargado Nicolás Maduro, de 50 años, sabe cómo afinarla casi a la perfección luego de los años que ha servido como leal soldado de la causa chavista; una causa que ha ganado por cuatro ocasiones consecutivas las elecciones presidenciales.

El aparato de promoción oficialista podría ser mayor si se considera a los casi 2,7 millones de empleados estatales, algunos de los cuales hacen campaña abiertamente a favor del candidato oficialista, como lo constató la AP, y otros que son presuntamente presionados a votar por él bajo amenaza de perder su trabajo.

Esto sin contar a los millones de beneficiarios de los programas sociales y subsidios creados por Chávez, algunos convencidos de votar por el sucesor del popular caudillo, y otros presuntamente atemorizados por el oficialismo que infunde el rumor de que el candidato opositor Henrique Capriles, de 40 años, acabaría las prebendas sociales.

“En todas las elecciones, los candidatos realizan enormes esfuerzos para llevar a sus partidarios a las urnas”, dijo Cynthia Arnson, directora del programa para América Latina Centro Internacional Woodrow Wilson. “En Venezuela esto es diferente porque Maduro puede recurrir a una base chavista que ha recibido enormes beneficios del Estado y pueden movilizarse rápidamente y ha habido una confusión completa de los recursos del Estado con los recursos de la campaña”.

Y agregó: “no es sólo la maquinaria del partido; es el aparato entero del Estado que puede ser desplegado”.

La oposición asegura estar frente a una “batalla épica” porque dice que dispone de poco dinero que haya sido donado por personas o empresas, y que enfrenta a esta estructura estatal que integran ministerios, empresas como Petróleos de Venezuela S.A., el sistema de radio y televisión pública, gobernaciones y alcaldías.

Desde 2003 Chávez, fallecido el 5 de marzo, comenzó a crear una serie de programas estatales conocidos como “misiones” (campañas de alfabetización, mercados populares, pequeños hospitales, entre otros), para atender a los sectores mayoritariamente pobres del país, donde concentraba su poder electoral.

Gobierno hizo censos

Como parte de estos programas, el gobierno hizo censos de los beneficiarios lo que le permitió construir una base de datos con direcciones, números de teléfono, miembros de las familias, ingresos y trabajo.

El dirigente comunal Sánchez dice que el plan de movilización se hace también con base en un censo, aunque no está claro si esa información proviene de los registros hechos, por ejemplo, para las misiones.

El hombre asegura, sin embargo, que los registros de que dispone el oficialismo no son utilizados para presionar a los electores a votar. “Siempre la mayoría sale sola”, dijo.

Pero algunos critican el uso del poder de las instituciones con fines políticos, incluyendo al ejército, al que la oposición le reclama neutralidad.

Poco después del fallecimiento de Chávez, el ministro de Defensa, almirante en jefe Diego Molero, prometió que las fuerzas armadas apoyarían la candidatura de Maduro, mientras que en un acto público con militares, el presidente encargado urgió a los uniformados a ser leales al legado del ex mandatario.

A finales del mes pasado, el diputado opositor Alfonso Marquina denunció que militares le hicieron llegar un supuesto documento de 100 páginas, en el que señala que miembros de la Guardia del Pueblo (un cuerpo especial de la Guardia Nacional) y de la milicia serían desplegados en todo el país para incitar a los ciudadanos a votar a favor de Maduro.

Marquina responsabilizó de ese presunto plan al almirante Molero, y al general de la Guardia Nacional, Antonio Benavides, jefe de un comando de la capital.

El presidente de la Asamblea Nacional, diputado oficialista Diosdado Cabello, consideró como “ridiculeces” las denuncias de Marquina, y dijo que ese supuesto documento nunca llegó a los militares.

Marquina solicitó al Consejo Nacional Electoral un pronunciamiento sobre el supuesto plan militar pero hasta ahora no han emitido comentarios.

El legislador opositor mostró el documento a la distancia en reuniones con la prensa. La AP le solicitó una copia pero Marquina no respondió a las múltiples llamadas para obtenerla.

Las autoridades castrenses han rechazado los señalamientos de opositores que acusan a algunos altos oficiales de estar abiertamente parcializados a favor del gobierno, y han asegurado que en los venideros comicios la fuerza armada actuará apegada a la ley.

El presidente encargado ha llamado directamente a empleados gubernamentales a votar por él, en medio de manifestaciones políticas con trabajadores petroleros, eléctricos y de telecomunicaciones.

En el acto de cierre de campaña de Maduro en la capital, la AP observó cómo miles de empleados públicos marcharon por varias calles y avenidas del centro de la capital. Empleados del Ministerio de Industria, con camisetas estampadas con el nombre de la institución, se sentaron en una mesa fuera de sus oficinas y repartieron propaganda electoral, al tiempo que escuchan música pro chavista.

Partidarios de la oposición dicen que empleados públicos temen perder sus empleos si no actúan así.

En una marcha la semana pasada a favor de Capriles, un ama de casa de 46 años casada con un guardia de seguridad en la empresa petrolera estatal, lanzó una letanía de quejas contra el gobierno.

“Ellos tienen que vestir de rojo, nadie puede decir nada en contra del gobierno”, dijo la mujer a la AP sobre lo que tiene que hacer su esposo y sus compañeros. Su rostro se tensó al darse cuenta que podría aparecer publicado su nombre, que se abstuvo de dar.

Dijo que su esposo “va a votar por Maduro porque dice que no puede perder el trabajo por un voto”.

Oficialismo no responde

La AP se comunicó con el despacho del ministro de Comunicación, Ernesto Villegas, para conocer la versión oficial sobre esto y al momento no han dado respuesta.

Al cuestionar el uso de empleados públicos en actos de campaña, el director nacional del comando opositor, Carlos Ocariz, dijo que eso forma parte de la “desesperación” del oficialismo que “arrecia las presiones de nuestro pueblo que trabaja en esos organismos” porque “tienen miedo a perder el poder”.

“Esto no es una lucha simplemente electoral es una lucha épica porque estamos luchando contra los poderosos, contra el poder”, comentó a la AP, al quejarse de que la estatal petrolera y otros entes públicos utilizan sus recursos para hacer propaganda a favor de Maduro.

La televisión estatal transmite por completo cualquier acto de Maduro y apenas fragmentos de la oposición, que sólo recibe atención completa del canal privado Globovisión que sólo transmite su señal abierta en Caracas y la ciudad de Valencia. Al resto del país, la señal la pueden ver quienes pueden pagar por el servicio de cable.

Giovanni Rinaldi, trabajador de una planta hidroeléctrica de la oriental Ciudad Guayana, dijo a la AP el jueves que fue despedido el día anterior después de publicar en Twitter una foto de un vehículo de la compañía eléctrica que se utiliza para distribuir material de campaña Maduro. La razón del despido fue presunto sabotaje a la red eléctrica, a lo que él replicó que se trataba de un “pretexto”.

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