Vicente Fernández se despide entre lágrimas de LA

"El charro de Huentitán" cantó por más de tres horas en la primera de sus presentaciones del adiós en Los Ángeles

Vicente Fernández se despidió de sus fans angelinos con un show de más de  tres horas.

Vicente Fernández se despidió de sus fans angelinos con un show de más de tres horas. Crédito: <copyrite>La Opinión - </copyrite><person> Ciro César< / person>

Vicente Fernández podrá despedirse las veces que quiera, pero sin duda seguirá siendo “El Rey de la canción ranchera”.

Y así fue recibido. Como un auténtico rey.

La presentación de Vicente Fernández, de 73 años, ya precedía lo emblemático por el hecho de despedirse de los escenarios, pero ese momento lo hizo más memorable porque el Anfiteatro Gibson, a finales de septiembre, cerrará sus puertas y pasará a la historia.

En la primera noche —de las tres programadas— en ese recinto, Vicente Fernández se despidió entre lágrimas del público.

En varias ocasiones se “dobló” de la emoción y fue “abrazado” en prolongados aplausos de los casi seis mil asistentes que coreaban a gritos “¡Chente!”, “¡Chente!”

Fue evidente que “El Rey” se sentía en casa, su casa como tantas veces se refirió al Gibson.

Aunque su presentación en el Staples Center —ante casi 17 mil personas—, fue emotiva, no tuvo comparación con lo que se vivió el viernes por la noche.

Vicente Fernández se estaba despidiendo no solo de esa majestuosa imagen de ver a tantos aclamándolo, sino también del recinto en sí, donde tantas veces se embriagó de aplausos ?y porque no, también de licor? y donde dejó parte de su vida.

Fernández fue el único artista que logró vender 14 fechas consecutivas en el Anfiteatro Gibson.

Quizá por eso, se pudo ver a un Fernández emocionado desde que salió al escenario, un entablado que pisó por más de tres décadas.

Apareció, como siempre, con un impecable traje de charro de tela de gamuza color amarilla, que daban a tono con el sombrero y las botas.

Una vez que arrancó con los primeros temas Ojalá que te vaya bonito, Nos estorbó la ropa y La diferencia, las reverencias no se hicieron esperar por parte del público.

La audiencia estaba eufórico y “El charro de Huentitán” visiblemente emocionado.

“Gracias por sus aplausos, por sus oraciones cuando me operaron del cáncer en el hígado…”, dijo en su primera interacción con los asistentes.

Luego vino la consigna que lo ha caracterizado en su carrera: “[…] y como siempre les digo, mientras ustedes no paren de aplaudir, su Chente no para de cantar”.

Así fue desgranando tema tras tema. Pasando de las “viejitas”, como nombra a sus éxitos de antaño, hasta las que vendrán en su nuevo disco Hoy.

Como parte de lo que ha sido esta gira de despedida, su hijo Vicente Fernández Jr., fue el encargado de abrir el concierto, pero también de cantar un dueto con su padre.

En un momento, Chente explicó que al igual que él, le brindó el apoyo a su hijo Alejandro para cantar, lo estaba haciendo ahora con Vicente Jr., y lo invitó a cantar juntos en el escenario.

“Allá está esperando que lo llamen, temblándole las patas, pero si me ayudan con un aplauso… aquí está el mayor de mis potrillos”, dijo un orgulloso padre.

Ambos interpretaron el tema Vamos a cuidarla más, al tiempo que comenzaron a aparecer fotografías de Cuquita Abarca, madre de Vicente Jr. y esposa del cantautor.

Antes de interpretar El rey, una prolongada ovación lo hizo llorar. Pero Don Chente no fue el único porque cuando cantó Acá entre nos, varias mujeres, sobre todo, estallaron en llanto. Las pantallas atestiguaban lo que solo se podía pensar pasaba a simple vista.

Eran casi las doce de la noche y “el hijo del pueblo” no daba ni rastros de cansancio.

Hasta ya pasada la media noche cantó Volver, volver y Las golondrinas marcaron el final de esa noche, y seguramente de todas.

Don Vicente Fernández dijo adiós a Los Ángeles.

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