Francisco proclamará dos santas

Fotografía  donde se ven los tapices de la monja mexicana María Guadalupe García Zavala (der.) y la colombiana Laura Montoya colgando en la Plaza de San Pedro.

Fotografía donde se ven los tapices de la monja mexicana María Guadalupe García Zavala (der.) y la colombiana Laura Montoya colgando en la Plaza de San Pedro. Crédito: efe

Ciudad del Vaticano/EFE — El papa Francisco proclamará hoy los primeros santos de su pontificado: la monja colombiana Laura Montoya y Upegui (1874-1949), la mexicana Guadalupe García Zavala, conocida como madre Lupita (1878-1963) y 801 mártires italianos asesinados en 1480 a manos de los otomanos.

La ceremonia, que se celebrará en la plaza de San Pedro a partir de las 09:20 a.m. horas local contará con delegaciones oficiales de Colombia, México e Italia, así como con miles de fieles procedentes de los países de los nuevos santos y religiosas de las congregaciones fundadas por las dos monjas.

La fecha de canonización de las dos religiosas latinoamericanas y de los mártires italianos la fijó el papa Benedicto XVI el pasado 11 de febrero, en el mismo consistorio de cardenales en el que anunció que renunciaría al papado el 28 de febrero siguiente.

Laura de Jesús Montoya y Upegui (Jericó, 1874-Belencito-Medellín, 1949), una maestra de escuela, defensora de los indígenas, escritora y mística, es la fundadora de la Congregación de las Hermanas Misioneras de la Beata Virgen María Inmaculada y de Santa Catalina de Siena y será la primera santa colombiana.

El milagro que la llevará a los altares se verificó en la persona de un médico de Antioquia, Carlos Restrepo, que padecía un mal incurable y sanó de manera inexplicable para la ciencia tras encomendarse a la inminente santa.

La mexicana Anastasia Guadalupe García Zavala (Zapopán, 1878- Guadalajara, 1963), que tomó el nombre de María Guadalupe, es la cofundadora de las Siervas de Santa Margarita María y de los Pobres.

Conocida como la “madre Lupita”, ejerció como enfermera y se adaptó a una vida extremadamente sobria y en momentos de graves dificultades económicas para el hospital que regentaba no dudó en mendigar por las calles hasta solucionar los problemas para sustentar a los enfermos.

Le tocó vivir las primera décadas del siglo pasado, cuando la Iglesia católica fue perseguida en México. Desde 1911, tras la caída del presidente Porfirio Díaz, y hasta prácticamente 1936, la Iglesia fue perseguida por los revolucionarios Venustiano Carranza, Alvaro Obregón, Pancho Villa y sobre todo Plutarco Elías Calles, en el período más sangriento de 1926 a 1929.

La Madre Lupita murió con fama de santidad el 24 de junio de 1963, a los 85 años.

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