Repudio por caso de soldado degollado

El soldado Lee Rigby, asesinado a manos de dos hombres en el barrio de Woolwich en Londres, Reino Unido.

El soldado Lee Rigby, asesinado a manos de dos hombres en el barrio de Woolwich en Londres, Reino Unido. Crédito: efe

LONDRES/Servicios combinados — Dos hombres acusados de asesinar a un soldado británico fueron investigados en ocasiones anteriores por los servicios de seguridad, dijo ayer un funcionario británico.

Los investigadores registraron varios lugares para establecer si los dos sospechosos formaban parte de una conspiración más amplia para sembrar el terror en las calles de Londres.

Los dos detenidos, sospechosos de degollar al soldado franco de servicio en presencia de varios horrorizados transeúntes, se jactaron de su conducta y advirtieron que habría nuevas acciones de violencia, en las imágenes grabadas con los teléfonos móviles de varios testigos.

Un día después del asesinato la Policía británica anunció la detención de otras dos personas, un hombre y una mujer de 29 años, lo que eleva a cuatro los arrestados por su presunta relación con los hechos.

“Es algo artero, horroroso y demoledor. Pero no parece haber tenido grandes consecuencias”, comentó Christian White, de 43 años, en la estación ferroviaria de King’s Cross, cercana a la estación del tren subterráneo atacada con una carga explosiva en julio del 2005. “Los londinenses están acostumbrados a vivir en la ciudad donde la vida es complicada”.

Pese a ello, las medidas de seguridad fueron aumentadas en los cuarteles e instalaciones de la capital con guardias armados de refuerzo en muchos casos. El ataque del miércoles tuvo lugar cerca del acuartelamiento de artillería de Woolwich, en el sur de Londres.

No se dio información fidedigna sobre las heridas de ambos sospechosos. La policía no dio detalles de sus lesiones o su estado.

Empero, confirmó que la víctima era un soldado británico en servicio activo. Sus familiares pidieron que no se difundiera su identidad.

Tras el asesinato, uno de los atacantes fue grabado en numerosos videos de aficionado formulando amenazas, explicando los motivos de su homicidio y profiriendo consignas políticas mientras gesticulaba con las manos ensangrentadas y esgrimía un hacha de carnicero.

“Juramos por Alá todopoderoso que nunca cesaremos de combatirles”, declaró el hombre, quejándose de la presencia de la tropa británica en teatros de operaciones contra los musulmanes. “Debemos combatirles como nos combaten a nosotros”.

La cámara mostró el cadáver tendido en mitad de la calle. Este video, con su contenido de amenazas y vitriólica retórica, podría ser la imagen última del homicidio.

El incidente ocurrió el miércoles por la tarde tras recibir la policía el aviso de un ataque a pocas cuadras de los Cuarteles de la Real Artillería en Woolwich.

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