La extradición de Portillo

La extradición a Estados Unidos del ex presidente Alfonso Portillo vuelve a colocar a la justicia de Guatemala en las noticias después que un tribunal anulara la condenada emitida contra el también ex presidente José Efraín Ríos Montt.

Portillo está acusado de lavar 70 millones de dólares de fondos públicos durante su presidencia a través de numerosos bancos, para terminar depositados en cuentas familiares.

El gobierno de Guatemala ya extraditó a Portillo de México en una ocasión bajo el cargo de corrupción, del cual fue exonerado. Este hecho le ha permitido al ex mandatario clamar inocencia y declararse víctima de un ataque político de guatemaltecos y de la derecha estadounidense.

De todo esto, es discutible la manera repentina en que el gobierno de Otto Pérez Molina realizó el viernes pasado la extradición de Portillo, especialmente si todavía quedaron pendientes recursos legales por atender.

Es más, la declaración de Pérez Molina de que Portillo podía salir del país tan solo “porque no tenía causa pendiente” en Guatemala, no explica en si la extradición a la fuerza de un ex presidente a otro país bajo el cargo de corrupción.

Para algunos observadores, esta acción distrae la atención pública del fiasco judicial del caso Ríos Montt que debe ir a otro juicio. Lo cual no es improbable dada las circunstancias.

La corrupción es un problema serio en Guatemala, la extradición de un ex mandatario es una señal inequívoca —y saludable— a todos los funcionarios públicos de que nadie está salvo. No obstante, parece que recién en un tribunal de Nueva York se sabrá si Portillo es responsable de malversar fondos y esconderlos en bancos, o víctima de una maniobra política.

ImpreMedia/La Opinion

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