Exigen blindar el Distrito Federal
Dos de los jóvenes secuestrados en un bar eran hijos de narcos
Un hombre toma fotografías con su celular a la pared donde se han ubicado mensajes de las personas desaparecidas. Crédito: AP
México/Notimex La diputada local Olivia Garza de los Santos urgió ayer a las autoridades locales a blindar a la capital del país del crimen organizado.
La vicepresidenta de la Comisión de Administración y Procuración de Justicia de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) consideró que hay elementos que tiene que explicar el gobierno local a partir de la presunta desaparición de 11 jóvenes.
La legisladora del Partido Acción Nacional (PAN) apuntó que primero debe explicarse el esquema bajo el cual operan los llamados “after hours”, tras la presunta desaparición de los jóvenes de un establecimiento de este tipo ubicado en la colonia Juárez. Asimismo pidió que se informe sobre el funcionamiento de las cámaras de seguridad ubicadas en distintos puntos de la capital y alertó que cada vez se presentan más eventos violentos.
Por último, Garza de los Santos hizo un llamado urgente a las autoridades para aplicar medidas de prevención del delito, con la verificación de establecimientos a fin de “cerrar el margen de operación” de los grupos delictivos.
Las madres de dos de los 11 jóvenes que fueron secuestrados de un bar en la Ciudad de México reconocieron que los padres de los jóvenes están cumpliendo penas en prisión por delitos relacionados con las drogas.
Sin embargo, las mujeres señalaron que el arresto de los padres en 2003 no tuvo nada que ver con el secuestro masivo del domingo.
No se ha vuelto a ver a siete jóvenes y cuatro chicas desde que visitaron un bar, donde al parecer fueron secuestrados.
Las señoras dijeron ayer que nadie que quisiera vengarse por los crímenes de sus maridos del pasado esperaría 10 años para atacar a las familias.
El caso conmocionó a México porque ocurrió a pocas cuadras de la sede de la policía y de la Embajada de Estados Unidos. También prosiguió a la muerte a golpes de Malcolm Shabazz, nieto del fallecido activista Malcolm X, el 9 de mayo en una pelea por una cuenta en un bar de la Ciudad de México.
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