Suerte de 11 millones en manos del Senado

Legisladores iniciaron el debate formal del plan que abre una vía para la legalización

Jissela Centeno y su hijo Matthew Pineda, de ascendencia hondureña, participan en una manifestación por la reforma migratoria.

Jissela Centeno y su hijo Matthew Pineda, de ascendencia hondureña, participan en una manifestación por la reforma migratoria. Crédito: ap

Washington, D.C. — El proyecto de ley sobre reforma migratoria tuvo un excelente comienzo ayer en el Senado. Los legisladores abrieron el debate sobre el plan, con un voto de 82-15. Ahora comienza el proceso de enmiendas donde habrán varios intentos para limitar el camino a la ciudadanía para los 11 millones de indocumentados.

Cerca de las 2:15 p.m. comenzó la votación, en medio de las atentas miradas del público. Entre ellos, activistas y ‘dreamers’ vistiendo coloridas camisetas y togas azules, observaban con incertidumbre.

Aunque existía relativa confianza en que el plan lograría más de los 60 votos necesarios para abrir el debate, pocos esperaban superar los 80. Sólo 15 legisladores se pronunciaron en contra, entre ellos figuró uno de los tres hispanos que sirven en el Senado, Ted Cruz (R-TX).

“Creo que nuestra meta debe ser aprobar un proyecto de ley que sea coherente con nuestros principios, con la mayor cantidad de votos posibles. Espero que alcancemos esa meta antes del 4 de julio”, dijo el líder de la mayoría, Harry Reid (D-NV).

“El voto de hoy refleja que la mayor parte de mi bancada quiere iniciar el debate, pero eso no significa que vayan a votar a favor al final”, explicó Lindsey Graham (R-SC) uno de los autores de la propuesta.

“Si no logramos 70 votos estamos en problemas. Si alcanzamos sólo 60, eso envía una mala señal a la Cámara de Representantes y la propuesta morirá ahí. Es imperante que tengamos la mitad de nuestra conferencia”, comentó el legislador.

“Si esta propuesta falla porque el Partido Republicano no adopta una posición pragmática sobre este tema, pagaremos un precio alto en 2016”, agregó Graham. “Ser visto como un legislador que no está dispuesto a trabajar en una solución, es una sentencia de muerte”.

El resultado es una buena señal para quienes desean una reforma migratoria. En 2007 cuando se realizó un voto similar, el proyecto de ley no logró más de 64 votos.

Pero la jornada de ayer, no sólo se destacó por los números. Por primera vez un senador que no es de origen hispano, habló en español en el pleno del Senado, para respaldar el proyecto de ley migratorio.

“Sé que permanecen dudas respecto a si esta ley arreglará nuestro sistema. Esta propuesta hará más para la seguridad fronteriza y fortalecer nuestro sistema de verificación de empleo, que cualquier legislación en nuestra historia”, dijo Tim Kaine (D-VA).

En el comité judicial se debatieron 212 enmiendas para el proyecto de ley migratorio. En total se aprobaron 141, de las cuales 30 eran republicanas. Ahora los legisladores presentarán nuevamente enmiendas para cambiar ciertos aspectos de la propuesta. Esta es una etapa clave para la sobrevivencia del proyecto de ley.

Se espera que varias enmiendas republicanas se centren en la seguridad fronteriza, pago de impuestos atrasados y nuevas condiciones para la legalización de los 11 millones de indocumentados.

De otro lado, el presidente Barack Obama pidió ayer a los legisladores que respalden la reforma migratoria.

“Este no es un debate abstracto. Se trata de personas que han hecho todo bien y quieren ser estadounidenses. Somos una nación de inmigrantes. Esa ha sido siempre una de nuestras mayores fortalezas”, dijo el mandatario.

“Esta propuesta dará un camino para que la gente se gane la ciudadanía. Es un camino arduo. No será un proceso rápido. Tomará 13 años hasta que la mayoría de estos individuos pueda solicitar la ciudadanía”, aseguró. “No existe ninguna razón para que el Congreso no pueda terminar esto antes del verano”.

El Presidente insistió en que el proyecto de ley que se debate en el Senado es la mejor oportunidad en años para reparar el sistema migratorio.

Los legisladores ya comenzaron a presentar enmiendas para el proyecto de ley migratorio. Una de las primeras fue la del senador Chuck Grassley (R-IA) quien exigió un control efectivo de la frontera por seis meses antes que los indocumentados puedan acceder a su estatus provisional.

“Sólo es el día uno. Estamos trabajando en diversas enmiendas. El producto final debe darle certeza a la gente de que no tendremos los mismos problemas de nuevo y creo que eso es razonable”, aseguró el senador Marco Rubio (R-FL) uno de los autores del plan.

Rubio ha enfatizado la necesidad de incorporar más cambios en el área de seguridad fronteriza para asegurar más apoyo conservador a la propuesta. Él ha conversado con diversos senadores republicanos para mover una estrategia entre sus colegas que asegure modificaciones en esta área.

“Entiendo que muchos grupos pro inmigrantes y demócratas quieren certeza respecto al acceso que los indocumentados tengan a la residencia permanente, pero también debemos tenerla respecto a la seguridad fronteriza”, insistió.

Además Rubio presentó una enmiendas ayer que reforzará los requerimientos para demostrar el manejo del idioma inglés antes de acceder a la residencia permanente.

El senador John Cornyn (R-TX) presentará una enmienda que será complicada para demócratas y republicanos. La propuesta convertiría las metas de seguridad fronteriza en condicionantes para que los indocumentados accedan a la residencia permanente.

El líder de la minoría republicana Mitch McConnell (R-KY) aseguró que la enmienda de Cornyn era clave para el debate migratorio.

“La enmienda del senador Cornyn es un buen comienzo. La mayor parte puede ser adoptada. Hay algunos puntos que son más difíciles, pero estamos trabajando en eso. Queremos cambiar una parte. No es una píldora venenosa. Espero que podamos modificarla de una manera en que nadie esté contento, pero todos podamos votar a favor”, aseguró Jeff Flake (R-AZ), otro de los autores del proyecto de ley sobre reforma migratoria.

“Quiero que el proceso de enmiendas sea lo más abierto posible”, dijo el líder de la mayoría en el Senado Harry Reid (D-NV).

Sin embargo, al hablar sobre la enmienda de Cornyn, aseguró que era una “píldora venenosa” destinada a derrocar la legislación.

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