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Un policía vasco de pura cepa

Una familia conoce las hazañas de su admirado tío por las páginas históricas de El Diario/La Prensa

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Crédito: mariela lombard

Cuando pocos en Nueva York sabían de la guerra civil española, en el cuartel policial 13 de Manhattan, Dionysius Eturaspe formaba un ejército para luchar por una revolución vasca en España.

Su pasión por la causa era tal que, en un periódico de la Uniformada (NYPD) se hablaba que hasta dormido a él se le escuchaba decir “¡Adelante, marchen mis bravos vascos!”.

De ésa y otras anécdotas de su tío vasco-americano se enteró David Albert Eturaspe a través de El Diario/La Prensa.

En los años 20, entre más de 20,000 agentes de la ciudad, Eturaspe –cuyo apellido familiar Iturraspe fue cambiado en Ellis Island- fue una rareza. El neoyorquino, nacido de españoles que emigraron a finales del siglo XIX, se hizo famoso por “su lengua suelta y su facilidad en improvisar discursos”, según la reseña “Un mocetón vasco español figura entre lo más granado de la policía de N.York”, publicada en este rotativo el 5 de febrero de 1925.

A diferencia de su admirado familiar que hablaba inglés, vasco y español, David, de 76 años, nunca aprendió el idioma de Cervantes. Pero por una traducción de esas páginas de La Prensa, él y su esposa Grace, de 74 años, ataron cabos sueltos de la vida de Dionysius durante una visita a su casa en Newtown, Connecticut.

Así conocieron de sus andanzas como plomero del buque “Orizaba”, a bordo del cual visitó la tierra de sus padres. También supieron de sus guardias en la esquina de la calle 22 y la avenida Broadway y de su excelente récord que le valió honores como la “Medalla al Valor Walter Scott”, un galardón otorgado por someter sin ayuda a cuatro asaltantes de un club nocturno de la calle 15.

Casado en dos ocasiones, el policía no tuvo descendencia. Pero David siempre fue el favorito del “tío Dennys”.

Grace también fue afortunada. El día que la conoció le regaló un anillo de amatista, una joya que perteneció a una supuesta baronesa de la familia. A este “tesoro” se suman sus cantos el día de su boda y la herencia que les dejó al morir. “Con esos $7,000 completamos la inicial de nuestra primera casa”.

Al salir de la Marina, David se postuló al NYPD. “Él estaba tan orgulloso”, pero cuando llegó la aceptación casi un año después “ya yo hacía demasiado dinero y tenía una hija en camino”, expresó.

Aunque no fumaba ni bebía, Dionysius siempre tuvo una extraña condición cardíaca que le costó la vida a los 65 años, de los cuales treinta vistió orgulloso el uniforme azul de NYPD.

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