Cuba planea recuperar uso de bicicletas

Dos hombres manejan sus bicicletas  por una calle en La Habana. El Gobierno está promoviendo esta forma de transporte.

Dos hombres manejan sus bicicletas por una calle en La Habana. El Gobierno está promoviendo esta forma de transporte. Crédito: EFE

La Habana/EFE — El Gobierno de Cuba planea recuperar el uso de la bicicleta como una de las alternativas para paliar los problemas de transporte público, según indicó el vicepresidente, Marino Murillo, citado ayer por medios locales.

Murillo, jefe de la comisión para el desarrollo de las reformas económicas puestas en marcha por el Gobierno del presidente Raúl Castro, informó que se promoverá el uso de bicicletas con el fin de que ese medio participe en la movilidad de la población.

“Se evaluará la aplicación de precios no recaudatorios en la venta de piezas para su mantenimiento”, añadió el funcionario cubano durante una reunión del Consejo de Ministros celebrada el pasado viernes pero de la que se informó ayer.

El uso masivo de la bicicleta irrumpió en las calles de Cuba en la década de los años noventa del siglo pasado, y especialmente en La Habana se convirtió en una alternativa para remediar la aguda crisis del transporte generada por la drástica reducción de los suministros energéticos procedentes de la antigua Unión Soviética.

En 1991, al comienzo del denominado “Período Especial” decretado en la isla tras la caída del bloque soviético, 30,000 personas usaban la bicicleta en la capital cubana pero a finales de esa década ya se calculaban en más de 700,000 los habaneros que se desplazaban al trabajo o a la escuela en dos ruedas.

Murillo contempló en su informe la reincorporación del uso de la popular “bici” al presentar un plan para reordenar el servicio de transporte público en La Habana, que según sus valoraciones ha sido “inestable, insuficiente y de baja calidad” durante años.

En su diagnóstico sobre el sector, reconoció la existencia de “evasión del pago” por parte de los pasajeros y “el robo de la recaudación de manera impune” por algunos trabajadores de las entidades transportistas.

Además evaluó como “deficiente” la gestión de las empresas de ómnibus, incluyendo las lanchas que transportan pasajeros en la bahía de La Habana, y catalogó de “inestable y limitado” el empleo del ferrocarril.

Murillo señaló que los servicios de transporte particular están “mal atendidos, son caros” y en muchos casos los vehículos no reúnen las condiciones técnicas requeridas.

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